07/03/2020
 Actualizado a 07/03/2020
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Recuerdo a un compañero dela facultadque los días deexamen reiterabael ritual de abrir las puertas de todos los armarios de la casa. Nunca le pregunté el motivo. Quizá esperabaapañar algo de conocimiento escondido en los fondos abisales de su mobiliario doméstico. Había otro que hoy estaría en su salsa: este se lavaba fervorosamente las manos cada vez que tocaba algo de dudosa procedencia.

Pero hay rarezas que rayan lo psicótico. El cine lo ha narrado muchas veces. Aún resuenan las risotadas provocadas por la incontinencia afectiva de Joker cuando la cosa se ponía fea , o los saltitos histriónicos de JackNicholsonen Mejorimposible para evitar las líneas que separaban las baldosas del suelo. Imposible no conmoverserecordando al entrañable Raymond, autista encarnado por Dustin Hoffman en Rain Man cuyo pánico al avión ocasionóuna crisis de angustiaen la terminal aeroportuaria ante un jovencísimo Tom Cruise que en vano intentaba apaciguarle calmando también a la asombrada concurrencia que presenciaba la escena.

Estos días se proyecta otro film que aborda el tema de salud mental: Especiales.Ideada por los creadores de Intocable. Curiosamente,Especiales y Joker, generosamente laureadas por crítica y publico, presentan personajesque requierentratamiento ambulatorio o incluso hospitalario en los casos más agudos.Ambas reflejan las funestas consecuenciasde la interrupción de la terapia.Lasociedad no ve a este tipo de enfermos como una prioridad a tratar aun cuando padezca sus consecuencias. Se desentiende de ellos diezmando o incluso eliminadolos recursos necesarios para poder tratarles. En el caso de Joker provoca una agudización de la enfermedad que le lleva al desastre personal y social sembrando muerte y destrucción a su paso.

En Especiales un grupo de pacientes aquejados del más profundo grado de autismo son rechazados en varias instituciones con el consiguiente desamparo para ellos y sus familias. Al final son recogidos por Bruno y Malik, dos entregados amigos que han fundado una ONG para atenderlos. La falta de ortodoxia de sus métodos lesocasiona una inspección sanitaria. Se interroga a la directora de un hospital que les deriva los casos más sangrantes. Una de las preguntas es esta ¿Aprueba vd los métodos del Sr. Bruno?. No les cuento la respuesta por si deciden verla.

Les confieso que siempre me ha gustado contemplar a sesudos profesionales protocolarios bajando barreras y saltándose procedimientos en pro del corazón , para mirar al otro con humana comprensión. Una manía como otra cualquiera.
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