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Mañanitas de Febrero

06/02/2023
 Actualizado a 06/02/2023
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«Mañanitas de febrero / son mañanitas de niebla. / Si te acercas a espino / te mojarás la chaqueta». Así cantábamos, así, así. Así cantábamos, que yo lo vi. Y, transcurridos muchos años, cuando ya el exilio se había hecho crónico, algunos intrépidos se dedicaron, nos dedicamos, a recoger estos cantares que todavía murmuraban en privado las pocas mujeres que quedaron allí para continuar el hilo de Ariadna que algún día podremos reseguir para recuperarnos de la muerte total de la memoria.

«Que no salgas, que no salgas / hoy de tu casa, que nieva. / No te quites del fogón, /no dejes, no, la chimenea». Y ahora que corre, solitario como un lobo, el invierno por el monte, nada mejor que recordar aquellos cantares. Como hicimos los del grupo ‘Flor del viento’ desde Cármenes, a las órdenes del poeta Fierro, y que dejamos impresas en varios discos CD, que aún pululan por ese León cada vez más horro de entusiastas culturales de lo antiguo.

«No vayas, mocita, al monte, / no te vayas a por leña; / que están malos los caminos / y hay barro en las correderas». Y ahora que vemos en la televisión imágenes de pueblos enteros nevados, con ‘chupiteles’ (nosotros decimos carámbanos y los de la ciudad estalactitas) de hielo colgando de los aleros, y edificios enteros derrumbados en las ciudades de Ucrania por las bombas rusas de Putin, el maligno; y las pistas de esquí repletas de ciudadanos resbalando por las largas montañas de la memoria, y algo se le revuelve por dentro y le despierta del letargo del exilio y la vejez, que son los anestésicos que nos impiden levantarnos y volver a empuñar la pluma aquella enfurecida y desertora con la que tantos disparates estuvimos prestos a denunciar… Pero, ya no es hora.

Y no digamos si descendemos a las noticias patrias que resaltan la importancia de la inflación subyacente, quitándonos las pocas ganas que teníamos de pensar en por qué en España cada día 11 ciudadanos se quitan voluntariamente de en medio, y por qué en nuestro León los que se fueron… «Mañanitas de febrero / son mañanitas de niebla… /Si te acercas al recuerdo / te mojarás la chaqueta». Y esa niebla espesa va devorando los recuerdos y convirtiéndolos en una pasta subyacente que debe ser la que nos mancha la mirada y arremete contra el regreso. Y, además del vulgo, que siempre fue proclive a la añoranza, también los músicos y los poetas, y los místicos y los sabios, los progres y los retrógrados, parecen atrapados por este tiempo, gélido y amargo, por la pereza.
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