02/07/2022
 Actualizado a 02/07/2022
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Ese cristalito roto/yo sentía cómo crujía/antes de caerse al suelo/ya sabía que se rompía. Así comienza, como una suerte de romance profético, la canción ‘Malamente’ de Rosalía, que este año se ha colado en las preguntas del examen de la Evau de Aragón.

Al alumnado se le planteaba un texto que utiliza la letra de este sonado éxito de la cantante catalana, para justificar el uso generalizado de los adverbios formados a partir del sufijo ‘-mente’. En el mismo se desplegaban una serie de argumentos para justificar por qué el término ‘malamente’ no sería incorrecto gramaticalmente. El texto en cuestión está firmado por la filóloga y profesora sevillana Lola Pons que asegura que el la expresión «sigue viva en español y no solo en Andalucía, aunque en esta comunidad se encuentre con una frecuencia mayor». Es de imaginar que tras la debacle electoral del pasado 19 de junio podría ser una expresión ‘hashtag trending topic’ para los náufragos electorales que se han visto destronados en su peor resultado histórico.

Y ya que hablamos de desastres de antología podemos acercarnos, malamente, a contemplar la catástrofe ecológica, económica y humanitaria dejada por el pavoroso incendio que ha arrasado la Sierra de la Culebra –declarada zona catastrófica junto al municipio de Ayóo de Vidriales– tras cobrarse la friolera de 25.000 hectáreas. La Junta ha comprometido 35 millones para planes de recuperación que es de esperar sean gestionados con más tino, fortuna y responsabilidad que se acometieron las labores de extinción del luctuoso fuego, que ha sido declarado el mayor de España desde que existen registros.

Malamente podrán calmar los ánimos de los vecinos que claman en manifestaciones para depurar responsabilidades, y malamente retornarán los paisajes y bosques como se conocieron antaño. Todavía este miércoles se declaraba un nuevo incendio en Calzadilla de Tera. El incendio aún no se ha extinguido por completo. Sobrecogía, una imagen publicada en prensa, de cuatro ciervos desangelados y errantes en un espacio polvoriento. Su hábitat convertido en un paisaje irreconocible de tierras grises pobladas de fantasmas y esqueletos vegetales. Imágenes envueltas en descomunal silencio.

Malamente se recupera el resuello después de estos pensamientos, pero la vida sigue y toca aferrarse a la esperanza y mirar hacia adelante sin olvidar a los damnificados y vigilando de cerca la gestión de esos fondos para la desgracia, no vaya a ser que caigan en manos de desgraciados.

Y mientras, nuestros estudiantes de Evau pasan estos días de fiesta como buenamente pueden a la espera de conocer si su nota de corte les permite acceder a los estudios soñados. Esperanza en las generaciones futuras, como en nuestra Universidad de León, que ve crecer año a año sus índices. Según el informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo publicado este jueves 30, este año nuestra Universidad ha crecido en tasas de graduación, movilidad al extranjero de estudiantes y profesores, fondos de investigación y número publicaciones.

Brillantes perspectivas para los futuros estudiantes de la ULE de nuevo ingreso.

León es siempre una buena opción para vivir y estudiar.

Malamente quedarán defraudados los que opten por nuestro viejo Reino.
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