Madrid ordena y manda

Juan Carlos Ponga Mayo
06/05/2020
 Actualizado a 06/05/2020
Los españoles llevamos muchos años, por no decir siglos, en los que las leyes se hacen en Madrid. Normal, están allí las Cortes, pero siempre pensando en Madrid. La llegada de la democracia, tras años de lucha., y la creación de las comunidades autónomas parecía que iba a cambiar algunas cosas, pero no ha sido así. Por un lado Madrid ha querido quedarse con muchas competencias para no perder poder y luego en las comunidades se han creado nuevos Madrid, se llamen, Sevilla, Valladolid o Zaragoza.

Como consecuencia de todo esto y de que la casi totalidad de nuestros políticos viven en su mundo, en su coraza, al margen de las gente, el resultado de todo lo que sale de cualquiera de los madrides que se reparten por el país no tiene nada que ver, en muchos casos, con la vida de los que vivimos al margen de esas poblaciones.

Todo esto viene a cuento de lo que estamos soportando y viviendo en estos momentos los españoles. No pretendo con esto hacer una crítica del gobierno actual, ni de ninguno en concreto. Solo pretendo expresar mi opinión sobre como funciona este país y me imagino que, por desgracia, igual que los demás conocidos.

Cuando se plantean leyes, normas o directrices se hacen siempre desde Madrid o las capitales de las comunidades. La mayor parte de las veces los que las discuten y los que están detrás de ellas, asesores, letrados, técnicos… viven en esos lugares y legislan para todo un territorio, que solo visitan cuando van a pedir votos y generalmente haciendo el ridículo y demostrando su ignorancia como ya lo reflejó el insigne escritor Miguel Delibes en ‘El disputado voto del señor Cayo’.

Nunca se dan cuenta que la vida, las normas y las condiciones no son las mismas de Madrid que en un pueblo de Ancares o de Las Hurdes, no se tienen las mismas condiciones de vida, por desgracia, lo mismo que en el Maestrazgo o en la Sierra de Cádiz. Sin embargo cuando hacen normas y leyes pretenden aplicarlas en todos los sitios de la misma manera.

A modo de ejemplo; con anterioridad al coronavirus Covid-19, el Ministerio de Hacienda ha impuesto que en toda España hay que presentar la declaración de la renta, IRPF, por Internet. Todos los que están dentro del estamento que ha estudiado este asunto y que han llegado a considerar que hay que aplicar esta norma no tienen ni idea del país, porque si la tuvieran y hubieran impuesto esta norma a sabiendas serían unos impresentables. ¿Saben estos señores si Internet llega a todos nuestros pueblos en condiciones para poder hacer la declaración? Hay muchos pueblos de este país en los que no hay cobertura ni para el móvil y hay otros en los que la cobertura se corta Y no hablemos de desplazamientos para asesorarse y demás porque los problemas son innumerables.

Con las normas que se han estado dando desde Madrid para contener la pandemia del Covid-19 está pasando algo parecido o peor. Desde Madrid se ha obligado a todo el mundo a confinarse en casa salvo aquellas personas imprescindibles para la lucha contra el virus y todas las excepciones necesarias para alimentación y funcionamiento del país.

Con esto se ha confinado en casa, con vigilancia de la Guardia Civil, a muchos pueblos que no tenían ningún problema, impidiendo a las que allí vivían atender sus propios huertos y moverse por él, cuando eso no supone un peligro de contaminación para nadie pues no hay nadie contaminado, es un verdadero absurdo, es redículo.

Otro ha sido la supresión de los mercados de frutas y verduras al aire libre. Ahora tenemos que ir a comprar a supermercados, en espacios cerrados, que por muchas precauciones que tomemos siguen siendo lugares poco seguros; mientras se prohiben los espacios abiertos que, por lógica, son mas seguros. Se apuesta por las grandes empresas de alimentación dejando fuera a los pequeños agricultores, a los que se mantienen en los pueblos, en la España vaciada y abandonada. Es por ignorancia o por interés.

Esto es solo un ejemplo porque si empezamos a enumerar todo lo que desde Madrid, y el resto de madriles, se impone al territorio correspondiente, como las normas de los bares y sus impuestos, los establos alejados de los pueblos, la recogida de frutos silvestres…, se necesitarían varios periódicos. Hay que viajar más y conocer mejor el país para poder gobernarlo bien, pero para eso es necesario ir por los pueblos de España con la mochila, como hizo Labordeta, al que se le echa de menos en el parlamento para poner las cosas en su sitio. Mientras no sea así me uno a su discurso en las Cortes y… luego, como él pido perdón.
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