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Madrid, Madrid, Madrid

28/06/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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Madrid, Madrid, Madrid/ pedazo de la España en que nací», como cantaba este chotis Lola Flores, Agustín Lara y lo bordaba sin igual Plácido Domingo o como decía irremisiblemente mi tía Elvira, afincada tantos años en Francia, Domingo Plácido, provocando con ello una incontenible hilaridad en nosotros (que no, tía, que es Plácido Domingo, le advertía mi hermano. Entonces lo decía bien pero al instante recaía en Domingo Plácido).

«Madrid, Madrid, Madrid», estos días me arrebataste la mirada, los pies cuando no mis manos sujetando con fuerza el bolso no fuese a venir algún amigo de lo ajeno y me despojase de todo lo que era mío por donde quiera que avanzaba, bien por la avda. Institución Libre de Enseñanza denominada por Carmena y no hace tanto avda. Hermanos García Noblejas que no sé si tardará mucho en volver a llamarse así, o bien por la calle O’Donnell, por nombrar alguna más, donde despacio avanzaban sus letrados vecinos Elvira Lindo con su «santo» tal denomina ella a su esposo Antonio Muñoz Molina en su libro de estivales artículos, ‘Tinto de Verano’ en dirección a La Feria del Libro (FLM19), situada en el Parque del Retiro, para firmar en casetas separadas muy distantes de la de Emilio Miró y Juan Cruz en la que hice un alto así como en la 262, la de la editorial Calambur donde me detuve a charlar con Emilio Torné, mi editor de Historias de la fatal ocasión, libro suicida, a quien hace unos años no veía. Parada con «pose» realizé para El País, aunque algo imperfecta. Pero ya mejoraré el retrato. Carteles llamativos resultaban esta FLM19 (31 de mayo al 16 de junio) dedicada a la República Dominicana, y digo carteles tan sólo porque en aquel momento no estaban presentes las angélicas figuras del Padre Ángel y Miguel Ángel Revilla. Mucho que ver, sí, en esta Feria sobre todo para los de pueblo como yo.

«Madrid, Madrid, Madrid», no todo de ti me gusta. Tengo muy presente la hora y tres cuartos que pasé en una larguísima cola en Chamartín el día catorce para sacar el trenero billete con dirección a León. Renfe, qué vergüenza; qué vergüenza, Renfe, una empresa estatal con trece ventanillas dedicadas a tal finalidad y sólo abiertas cuatro. ¿Qué pretenden los directivos? ¿Acaso privatizarla? Situaciones así son indignantes. Hasta luego, «Madrid, Madrid, Madrid». Hasta luego.
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