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Madrid hace eco

22/02/2018
 Actualizado a 11/09/2019
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En Madrid las palabras suenan distinto, las mismas palabras se engolan y ahuecan como pidiendo trascendencia. Hasta Madrid se fue el alcalde Antonio Silván para vender León en el Fórum Nueva Economía. Y en su discurso de siempre ofreció una ciudad abierta que allí sonó cosmopolita, un León que atrae inversiones que allí fue polo industrial del noroeste de España y una oportunidad para la promoción turística este año de Capitalidad Gastronómica que dejó en nariz un aroma a futuro prometedor. Hasta Madrid es donde hay que ir a decir las cosas importantes porque te escuchan esos que toman las decisiones y que, aunque del mismo partido, a veces se esconden en los recovecos de los fastuosos ministerios. Así Silván reclamó un plan agresivo contra la despoblación como habían hecho cuatro presidentes autonómicos el día anterior desde el Palacio Conde Luna. Pero resonó más fuerte porque la agresividad era decirlo en Madrid. Como escribió Ramón Gómez de la Serna, «una pedrada en la Puerta del Sol mueve ondas concéntricas en toda la laguna de España». Esto no era Sol, pero era el Ritz con carantoñas a la vicepresidenta del Gobierno, la presidenta del Congreso de los Diputados y dos ministros en la mesa de enfrente.

Este Fórum Nueva Economía es un lugar donde los políticos de la capital se acercan para dar el titular del día y los que llegan de provincias sudan para conseguir ser titular por un día en la prensa nacional. Silván habló del AVE, el León – Valladolid – Madrid que había agotado plazas esa mañana para llegar abarrotado y llenar gran parte del aforo con leoneses, y castellanos y leoneses, provocando que los menos previsores tuviéramos que sufrir Madrid, que son sus atascos, para poder llegar en coche a escuchar como el alcalde nos vendía la ciudad y nuestra comunidad autónoma. Se respiraba autoafirmación y leonesismo del incluyente. El martes el emblemático Hotel Ritz era un pequeño León en el exilio presumiendo de orgullo de terruño y sintiendo haber conquistado la Corte. Tanto, que las preguntas al alcalde se convirtieron en cualquier rueda de prensa en el Ayuntamiento de Ordoño II con los entresijos de la relación entre los socios de Gobierno del consistorio o el último rumor de la oposición sobre un nuevo (y aseguran que polémico) proyecto de campus privado universitario. Faltó preguntarle por alguna farola fundida o esa baldosa rota que espera ser repuesta en aquella otra calle.

También aprovechó Madrid Antonio Silván para dar alguna puntada con hilo. Llamó a todos los partidos a levantar la mirada para desbloquear las negociaciones de los grandes pactos de Estado siempre pendientes y nunca tan urgentes como para abandonar los cálculos electoralistas. Cosió España, el PP y León que es ciudad pero sobre todo es provincia. Le preguntaron por las primarias aquellas que han dejado al PP de Castilla y León en bicefalia y Silván tendió el brazo a Mañueco o más bien trató de que siguiera tendido el del nuevo presidente. Que allí estaban Herrera y Mañueco arropando al alcalde.

Madrid es desayunar entre ministros, opinadores de mil tertulias y entre arañas del Ritz donde todo suena más serio y más importante. «El eco siempre dice la última palabra» sentencia un Woody Allen quizá ahora arrepentido al ver su reflexión convertida en epitafio. Después el AVE (o la autovía) a todos nos devuelve a provincias.
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