León sufrió a finales de diciembre la dureza de la borrasca Bella, que dejó importantes acumulaciones de nieve en la provincia de León y complicaciones circulatorias que se prolongaron durante un mes. Sin embargo, apenas una semana más tarde, llegó Filomena, que no se hizo notar excesivamente en la provincia pero se cebó con Madrid, provocando importantes daños y problemas de movilidad durante dos semanas.
Poco después, el Consejo de Ministros acordaba declarar zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil –la actual denominación de la antigua ‘zona catastrófica’– las comunidades autónomas de Castilla y León, Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Madrid, La Rioja y Navarra por la intensa nevada derivada del paso de Filomena y de la posterior ola de frío. El ámbito geográfico de la declaración abarcaba todas aquellas zonas en las que ya hay disponible información suficiente que pone de manifiesto que han padecido los efectos de la borrasca.
Zona catastrófica
Y rápido surgieron las dudas sobre si León podría beneficiarse de un trámite que pretendía agilizar la tramitación de ayudas y que no incluía los daños de la borrasca Bella pese a haber tenido importantes efectos apenas una semana antes. Hasta tal punto fue así que el presidente de la Diputación, Eduardo Morán, se dirigió al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para trasladarle que consideraba injusto limitar tal declaración a ese último temporal de nieve cuando territorios como la provincia de León llevan sufriendo semanas las consecuencias de otros anteriores. En su escrito, Morán recordaba que cerca de 550 pueblos de la provincia de León se enfrentaron a espesores de nieve de varios metros durante el mes de diciembre con temperaturas de hasta más de 30 grados bajo cero. Esto llevó a sus vecinos a verse privados durante semanas del acceso a servicios tan básicos como la asistencia sanitaria, la alimentación, el suministro de combustibles o la telefonía.
No hubo más novedad al respecto por parte del Gobierno y ahora la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras ha hecho público un informe en el que cuantifica los datos provocados por Filomena en las diferentes zonas de España. En el caso de la provincia de León, la estadística de Unespa habla de 911 siniestros con unos daños valorados en 346.472 euros. La cifra es inferior a las registradas en Valladolid (1.421 percances y 700.419 euros) o Ávila (1.065 siniestros y 556.506 euros), provincias más afectadas por Filomena que León. Pero es preciso referirse también al dato concreto de Madrid, que durante sus dos semanas de colapso llegó a registrar –siempre según los datos del citado informe de Unespa– un total de 100.0425 percances que generaron daños valorados en 112.086.927 euros.
Ya en el conjunto del país, la borrasca Filomena dejó un reguero de destrozos cuya factura ascendió a 230 millones de euros. Esa es la cantidad que han desembolsado las aseguradoras por los desperfectos que se han producido en inmuebles y vehículos. El seguro tuvo que realizar cerca de 198.000 actuaciones por la nevada. Estas estimaciones se han elaborado con la información de 29 aseguradoras de multirriesgos (con una cuota conjunta de mercado del 82%) y 15 de automóviles (70% de cuota).