Luz para el ‘poeta emboscado’

Máximo Gómez Rascón, gran experto en arte, especialmente religioso, ‘sorprenderá’ en breve con la publicación de ‘Sillares de cristal’, una antología poética que recoge poemas escritos a lo largo de toda su vida "en secreto" y que ahora ven la luz en el sello leonés Mariposa Ediciones

Fulgencio Fernández
17/05/2023
 Actualizado a 17/05/2023
Máximo Gómez Rascón, experto en arte, ‘casi’ debuta como poeta.
Máximo Gómez Rascón, experto en arte, ‘casi’ debuta como poeta.
En el trabajo publicado en 2008 por Ángel Fierro en Tierras de León, sobre los 40 años de la desaparición de la revista Claraboya, con el título de ‘Memorias de trastienda’, el que fuera uno de los fundadores de la revista —con Luis Mateo Diez, Toño Llamas y el fallecido Agustín Delgado—  ya da cuenta de que por aquel grupo también andaba Máximo Gómez Rascón, que llegó a publicar en los dos primeros números de la revista e, incluso, recuerda Fierro que fue él quien pudo recuperar un ejemplar de la revista que había sido la antecesora de Claraboya, realizada de manera artesanal en el Seminario con el nombre de Gritos de guitarra. Dice Fierro que era «un poeta inspirado».

Pero después Gómez Rascón desapareció, se convirtió en una autoridad en el campo del arte, especialmente religioso, y publicó más de veinte libros, pero de la poesía se había alejado, explicaba él mismo los motivos: «Fierro y Delgado eran compañeros de curso y compartíamos inquietudes. Después de aquellos dos primeros número no publiqué nada, aunque seguí escribiendo algunos poemitas, especialmente en tiempo de vacaciones. La Montaña leonesa era mi principal fuente inspiradora. Me interesaban los problemas y las vivencias de aquellas gentes.  Son trozos de la vida familiar y de mis gentes.  Son pinceladas de la naturaleza que los ha mantenido generacionalmente».

Pero casi nadie, tal vez nadie, sabía de la existencia de aquellos poemas, reconoce que la linea de poesía social de Claraboya estaba alejada de la suya y dejó su pasión por la escritura en algo íntimo. Pero en el reencuentro con Ángel Fierro después de décadas, cuando éste regresa de Barcelona, surge nuevamente la complicidad, le enseña los poemas, cuadernos de poemas... «Máximo, hay que revisar y ordenar esos cuadernos», le dijo su amigo. Acababa de ponerse la semilla de ‘Sillares de cristal’.

Llegó la pandemia, el tiempo para cosas que no se tenía antes, surge otra complicidad, la del poeta también montañés Antonio Manilla y a él le cae el encargo de hacer la selección de los cientos de poemas que Máximo Gómez Rascón (La Mata de Monteagudo, 1941) había ido escribiendo en sus libretas. «Nos llegó así la posibilidad de descubrir a un poeta secreto. De escudriñar entre sus composiciones una selección para a su vez presentarla al público lector, esta que con tanto cariño ha acogido bajo sus alas Mariposa Ediciones. (...)   en este libro resuenan —con la presencia subyacente de un pensamiento en clave de trascendencia— los logros de los poetas «cultos» que Gómez Rascón ha leído con aprovechamiento, entre los que me parece apreciar en especial un gusto por la esencialidad de Antonio Machado, la mirada impresionista del primer Juan Ramón Jiménez o el neopopularismo y las metáforas de Federico García Lorca, por no hablar más que de los clásicos».

Y así es como en breve en la sala Región del ILC los leoneses descubriremos a un poeta emboscado, después de décadas de silencio, que nos anuncia su especial predilección por algunos temas, al margen del religioso, cuando escribe: «Estos versos nacen al lado de un arroyo / donde beben las vacas / y donde los niños capturan renacuajos».

Son los versos de ‘Sillares de cristal’
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