Luto en los Cirolines es luto para todos

Benavides de Órbigo, el mundo de las orquestas, la tradición musical... tuvieron este domingo un día muy duro. De boca en boca corría en el pueblo una noticia que no creían: «Murió de repente Jorge Majo, el de La Última Legión».

El apellido Majo dice mucho en el mundo de la música y nos transporta a un nombre mítico que ya estaba en el apodo de Jorge: Cirolín.

Jorge es (era) uno de los tres hermanos músicos de orquesta amparados por el paraguas histórico de Los Cirolines, una verdadera leyenda en esta tierra. Jorge mostraba en la actualidad sus buenas dotes para la música en una de las orquestas de referencia, La Última Legión. «Era muy bueno. Son muy buenos todos los ‘Majos’, llevan la música en las venas», decía este domingo Héctor, el cantante de Cañón que no se acababa de creer la muerte del colega.

«Fue de repente» era la frase más repetida, por ello no se lo acababan de creer ni en su pueblo ni en los ambientes musicales, en los que era uno de los personajes más conocidos y valorados, especialmente como guitarrista pero no solo.

Saber que deja una niña de doce años, Lucía, es muy duro. Saber que sólo tenía 46 años lo hace aún más triste. Pero, además, cuando la saga Cirolines está de luto estamos todos de luto pues pocos leoneses habrá que no hayan disfrutado en alguna ocasión, en alguna verbena, con alguna de las formaciones en las que un Majo andaba por allí.

Cada vez que se habla de música de orquesta, en cualquier pueblo, alguien repite el mismo comentario: «Yo de los que me acuerdo es de Los Cirolines de Benavides». Un pueblo de luto.