Luis Enrique, nuevo entrenador de España

La FEF elige al asturiano para darle un impulso a una selección que necesita un cambio importante

ABC.es
09/07/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Para el cambio, Luis Enrique Martínez García, nuevo seleccionador nacional a sus 48 años después de que Luis Rubiales, presidente del Real Federación Española de Fútbol, anunciara al asturiano tras el visto bueno de la junta directiva. Hay, pues, nuevo jefe a los mandos de la nave de España, un jefe con personalidad, carácter y buenos conocimientos de la pizarra, requisitos fundamentales según los criterios de la FEF. Se sabe que Luis Enrique no es una persona fácil en el trato, pero se prefiere por la mano dura para que nadie «se salte la pauta» marcada. El mensaje es claro, España ya mira al futuro.

Han sido tres chascos importantes en las tres últimas grandes competiciones, así que es imperativo evolucionar para que la selección vuelva a ser la referencia que fue. Se fracasó en Brasil, en Francia no fueron mucho mejor las cosas y todavía está fresca la herida de Rusia, dolorosa por las formas y por todo lo que pasó. España se perdió en el bosque, sin jefe después del despido de Julen Lopetegui a dos días del inicio del Mundial, y ahora toca pensar en la reconstrucción. Se pone manos a la obra Luis Enrique, un técnico con un palmarés más que interesante.

En sus tres años en el Barcelona, el asturiano conquistó nueve títulos, con mención especial al triplete de 2015. Rescató a un Barça hecho trizas después de que Gerardo "Tata" Martino no diera con la tecla y en su primer curso lo ganó absolutamente todo. Y eso que tuvo momentos de debilidad como cuando en enero de 2015 estuvo a punto de ser despedido por un enfrentamiento con Leo Messi, palabras mayores en el Camp Nou. Salvó el puesto optando por una actitud menos beligerante con el argentino y luego llegó el confeti y la gloria.

Luis Enrique siempre ha sido un personaje volcánico. Lo fue como jugador, formado en el Sporting de Gijón, y tampoco se casó con nadie cuando pasó al traje y a la corbata. Sus mejores años vestido de corto fueron precisamente en el Barça después de irse de mala manera del Real Madrid, y los combinó con interesantes actuaciones en la selección. Fue internacional en 62 ocasiones, ganó el oro en Barcelona 92 y siempre quedará para el recuerdo la imagen de su rostro empapado de lágrimas y sangre después del codazo del italiano Mauro Tassotti en el Mundial de Estados Unidos de 1994. Su último encuentro de rojo fue en el Mundial de 2002, cuando España perdió ante Corea en cuartos de final.

Es un entrenador con ideas firmes, capaz de implantar al Barcelona una idea evolucionada del toque apostando por la verticalidad. En el Camp Nou hubo murmullos cuando el rondo dio paso a transiciones rapidísimas, pero el equipo funcionó por momentos como un reloj y encima ganaba. Supo encontrar virtudes que no se habían explotado, pero no a todo el mundo le gustó. Y esa firmeza es precisamente lo que gusta a Rubiales y a José Francisco Molina, nuevo director deportivo de la Federación. Ambos querían a un líder con responsabilidad y genio, dispuesto a atreverse ahora que tanto se debate sobre el estilo y con capacidad para decir las cosas claras a los jugadores.

Sus primeras indicaciones las dio en el filial del Barcelona, en donde estuvo tres años. En el curso 2011-12 fichó por la Roma, pero le salió muy mal la aventura, enfrentado a buena parte del vestuario y con una relación muy tirante con Francesco Totti, héroe de ese club y de esa afición. Pasó un año en Vigo y sus buenas formas con el Celta le llevaron al Camp Nou. Ahí, ya se sabe: ganó dos Ligas, tres Copas del Rey, una Champions, un Mundial de Clubes, una Supercopa de España y otra de Europa, nada mal.

Desde que estalló el caso Lopetegui, la Federación se puso a rastrear en el mercado sin que tampoco hubiera mucho donde rascar. A Rubiales siempre le gustó la idea de Luis Enrique, aunque rambién sonaron otros como Míchel, Quique Sánchez Flores o Víctor Sánchez del Amo. Sin embargo, si se atiende a las ideas que maneja la nueva presidencia y la dirección deportiva, el gijonés cuadra perfectamente en esta nueva España. El 8 de septiembre, nada menos que en Wembley, se estrenará ante Inglaterra. Empieza una nueva era.
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