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Luciérnagas en el pueblo

16/07/2022
 Actualizado a 16/07/2022
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No recordaba que brillaran tanto. Una luz verdosa, mágica, un poco espectral. Buscamos bien y vimos cinco, cinco luciérnagas. Hacía años -¿décadas, tal vez?-que no veía una. Mis sobrinos las miraban con curiosidad pero no como un descubrimiento. Ya el verano pasado habían tenido la suerte de ver una aquí, en la casa de sus abuelos en el pueblo.

A mí, después de tanto tiempo, ver una luciérnaga me maravilló. Lo que vimos, según descubrí después, eran cinco luciérnagas hembra, que suelen aparecer en verano. Sin el encantamiento de su luz no son bichos especialmente bonitos. Tienen un cuerpo oscuro y segmentado que da algo de yuyu, pero con esa luz mágica se te olvida, igual que ocurre con las personas que brillan por algún motivo y por eso tardas en descubrir que tienen la boca rara o que suelen crujirse los nudillos.

Al pueblo -aquí cita necesaria: Santa Lucía de Gordón- había ido para la primera parte de las fiestas del verano. Comienzan con el ‘Encuentro de la amistad de Faya’, una comida popular con los habituales campeonatos de mus, tute y parchís e hinchables para los niños. Para comer: escabeche y chorizo a la sidra y lo que se lleve cada uno.

Unos días después recordaba esa tarde de fiesta mientras regresaba en bus desde la Semana Negra de Gijón y leía/jugaba a ‘Juegos reunidos rurales’, de Virginia Mendoza. Con disimulo, la mujer que tenía al lado le echaba miradas al libro, animada por mis risas mal reprimidas. Pero es que no podía evitarlas mientras iba viendo las actividades que Virginia propone para avanzar desde urbanita hasta alcanzar el nivel paisano.

En verano, y más con esta ola de calor, muchos vuelven al pueblo y tienen que escuchar que son unos apuraorzas -en La Mancha, los que vuelven al pueblo a comerse toda la matanza-; o unos pixapins -meapinos, en Cataluña, los que llegan de la ciudad y no saben ni dónde tienen que mear-. Con humor, este libro ayuda en esa vuelta a los pueblosy sirve para saber un poco de su vocabulario, de sus canciones y de su historia, y hasta qué plantar por si la vuelta se convierte en permanente y apetece huerto.
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