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Luces y bombillas

07/12/2020
 Actualizado a 07/12/2020
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Este año será diferente y raro, pero lo que no cambia es la sensación de pretender adelantarnos a las fechas. Con lo bonito que sería que cada cosa fuera a su tiempo… La Navidad, por ejemplo. Y no me refiero a que nada más pasar la fiesta del Pilar, justo al día siguiente, en los supermercados los turrones, mazapanes y polvorones iban tomando posiciones en las estanterías para colarse en los hogares y demostrar la razón del viejo refrán de comerciante que asegura que la vela que va delante es la que alumbra.

Y ahora que sacamos el tema de las luces, ahí están compitiendo las grandes ciudades por ver quién pone más bombillas para que media España vaya a ver cómo alumbran sus calles y los carteles de ‘se vende’ mientras nos están diciendo por otro lado que no salgamos de casa por las noches y mucho menos a otra provincia, porque este virus es trasnochador y un tanto racista y por eso ataca más a los que van de fuera. Ah, y como parece que tampoco le gustan los juerguistas ni los disfrutones, si se le ocurre ir a ver las luces de otro sitio que no sea el suyo ni se le ocurra acercarse a un bar, no vaya a ser…

Compiten las grandes ciudades por ver quién es el que pone más millones de bombillas y también lo hacen a su manera las pequeñas, y en menor medida los pueblos gastándose un dinero del que no disponen mientras tienen a la gente entretenida mirando cómo alumbran las lucecitas, haciéndose fotos para subir a las redes sociales y evitando que piensen en otra cosa. En los miles de muertos que se ha llevado por delante el 2020, por ejemplo.

Ese es uno de los problemas de esta España nuestra, donde se aprueba sin estudiar y se cobran paguitas por ser un holgazán de manual. Por eso no le extrañe que también haya que demostrar que somos un país donde sobran muchas bombillas y faltan demasiadas luces.
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