Los versos son el regalo

El Ágora de la Poesía, que cada último viernes de mes se reúne en la plaza de San Marcos, cumple dos años

Fulgencio Fernández
29/05/2015
 Actualizado a 17/09/2019
Una de las reuniones abiertas y libres en la plaza de San Marcos, cuando el tiempo acompaña la asistencia es más numerosa y si caen chuzos es más fiel. | VICENTE GARCÍA
Una de las reuniones abiertas y libres en la plaza de San Marcos, cuando el tiempo acompaña la asistencia es más numerosa y si caen chuzos es más fiel. | VICENTE GARCÍA
"En el Ágora de la Poesía fluyen los versos, se asoman los sentimientos, sin ideas preconcebidas, para impulsar la solidaridad, la alegría y crear un espacio abierto para todos por igual. Comienza la revolución en un cachito de esperanza porque en el Ágora la poesía no compite, se comparte con chocolate e ilusiones. Amen sin acento». Así define Sandra Sánchez, una de las responsables del Ágora de la poesía, esta actividad que congrega de forma libre y abierta a quienes quieran acudir (a las 22 horas) el último viernes de cada mes a la plaza de San Marcos. Y como es el último viernes...  hay ágora.

Las aceras siguen sudando versos porque la revolución empieza por los sentimientos, dan voz a quien no la tiene Y se trata además de una cita especial puesta este viernes el Ágora de la poesía cumple dos años desde la primera noche que los verseadores se reunieron en la plaza de San Marcos. "El regalo son los versos", señala Ramiro Pinto, otro de los padres de esta idea de versos, libertad, alegría y chocolate... Y sueños.

Y siguen. Dos años después siguen. "Las aceras siguen sudando versos porque la revolución empieza con los sentimientos. Volvemos en ese cachito de esperanza, solidaridad y alegría para dar voz a los que no la tienen y hacer de este mundo un lugar mejor, que llueva, nieve o granice seguiremos lanzando al cielo rimas para que llueva poesía".

No les falta razón pues jamás han suspendido la cita, han acudido allí los 23 viernes y estarán esta noche. Sin velas, con versos. Recordando a los suyos, como cuando se fue Eduardo Galeano, de quien recogieron unos versos que bien podían ser  otro de los lemas del encuentro:"Mucha gente pequeña /en lugares pequeños, / haciendo cosas pequeñas /pueden cambiar el mundo".  

Que no renuncian a cambiar el mundo, de hecho ya es cambiarlo reunirse en la plaza, sin puertas, abierta, libre... Un anhelo que Elena Fernández llevó en la fecha que se recordaba la muerte de Miguel Hernández, con unos versos del poeta de Calahorra: "Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños".

Sueños que renovarán esta noche, la 24 desde que nació. 24 ágoras para el recuerdo de los suyos, como los mineros que se tragó la mina, a los que cantó Zana Lord, de Ciñera: "Nada nuevo que contar. /Mina, derrabe y minero. / otra tarde de llorar. /Mina, derrabe y sepulturero".

Si tienes algo que decir, o simplemente escuchar... la cita es este viernes.
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