Los vecinos de La Rosaleda también muestran su rechazo a la central de calor

Creen que su instalación en pleno casco urbano es «un crimen contra la salud de toda la ciudad» y se suman a las protestas de los vecinos de Compostilla

A. Cardenal
28/12/2017
 Actualizado a 13/09/2019
Imagen de archivo del barrio de La Rosaleda. | L.N.C.
Imagen de archivo del barrio de La Rosaleda. | L.N.C.
La instalación de una central de calor por biomasa en las proximidades del parque de bomberos situado en el barrio ponferradino de Compostilla sigue ganando detractores con el paso de los días.

Así, la asociación de vecinos de La Rosaleda también se opone a su instalación y considera «un crimen contra la salud de toda la ciudad y un auténtico despropósito» ubicar la central en esta zona.

Y es que el portavoz del colectivo, Pedro Villanueva, recuerda que su construcción en pleno casco urbano y muy próximo a instalaciones deportivas como El Toralín, colegios o zonas verdes hacen que esta decisión «afecte a todo Ponferrada».

Villanueva lamenta que el procedimiento, que trascendió tras ser publicado en el BOE, se haya hecho a espaldas de los vecinos y que los intereses empresariales por un contrato que ronda los cuatro millones de euros puedan poner en riesgo la salud de los ponferradinos.

Por ello, insta a los grupos políticos a no apoyar la iniciativa y buscar otras posibilidades «que causen menos daño al ecosistema y no sumen más factores contaminantes a la ya deteriorada situación del Bierzo».

Así, vecinos de la Rosaleda apoyarán a los de Compostilla, que tienen previsto acudir al próximo pleno del Ayuntamiento para mostrar su rechazo a un proyecto quecontempla suministrar agua caliente y calefacción a 13 edificios municipales. Se trata del estadio y el pabellón del Toralín, el rocódromo, el centro de salud Pico Tuerto, el instituto Gil y Carrasco, la estación de autobuses, la biblioteca, la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) y los colegios La Puebla, Álvaro de Mendaña y Peñalba.

Desde el Ayuntamiento ya han asegurado que las críticas son «desproporcionadas» y se calcula que el ahorro energético puede oscilar entre un 10 y un 15%, lo que no acaba con el recelo de los vecinos, que no descartan acudir a los tribunales.
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