Los últimos flecos para la ronda interior

Culminan los derribos de la primera fase del expropiatorio mientras la segunda ultima su tramitación administrativa y las obras de la calle Carreras miran a principios de abril

Alfonso Martínez
30/01/2023
 Actualizado a 30/01/2023
Aún habrá que demoler los edificios ubicados tras las casetas de obra. | A. MARTÍNEZ
Aún habrá que demoler los edificios ubicados tras las casetas de obra. | A. MARTÍNEZ
Llevaba ya tiempo cerrado, pero no por ello la nostalgia es menor. En la planta baja de uno de los edificios derribados estos días en el marco de las expropiaciones para poder abrir la ronda interior –que unirá la plaza del Espolón y La Palomera para absorber el tráfico que hasta hace un año circulaba por la avenida de Los Cubos y la calle Carreras, ahora en proceso de peatonalización– se encontraba el kiosco de Lucio. Y no son pocos los vecinos de la zona que ahora ya peinan alguna cana y que hace años acudían raudos y veloces a hacerse con gominolas en el mejor de los casos y con petardos y bombas fétidas si eran de los que dedicaban las tardes al arte de la travesura.

Y los recuerdos acechaban mientras veían cómo las máquinas iban derribando lentamente el viejo edificio y cuando a a última hora del sábado el solar quedaba absolutamente vacío a la espera de que puedan comenzar las obras del nuevo vial y de la nueva promoción de viviendas que se prevé en las inmediaciones y que ya se anuncia en un cartel.

Y lo cierto es que, pese a los avances de estos días, no es fácil fijar en el calendario una fecha para que puedan comenzar las obras que pongan fin al itinerario provisional habilitado a través de las calles Fernando I y Alfonso el Justiciero con el objetivo de comenzar a peatonalizar la avenida de Los Cubos (solo faltan el mobiliario urbano y la iluminación ornamental de la muralla) y la calle Carreras (estará lista a primeros de abril y ya tiene la base de arena sobre la que se habilitará una zona peatonal separada por un murete de otra ajardinada en la que se contemplarán los restos de los cubos).

Estos derribos son los últimos correspondientes a la primera fase del expropiatorio (los primeros se habían acometido en noviembre de 2021), pero hay que tener en cuenta que todavía faltan los incluidos en la segunda fase. Se trata de los edificios más cercanos a la plaza del Espolón. La tramitación administrativa ha sido más lenta y compleja que en la primera fase, pero el Ayuntamiento ya ha aprobado todas las hojas de aprecio para compensar a los propietarios e inquilinos de los inmuebles. Sin embargo, ocho expedientes no han acabado en acuerdo entre las partes y tendrán que abordarse en la Comisión Territorial de Valoración de la Junta, que debe modificar o ratificar los justiprecios que hayan fijado por los técnicos municipales. A partir de esa decisión, a propietarios e inquilinos solo les quedaría la vía judicial para intentar obtener más dinero por sus derechos, aunque ello no impediría ya que se expropiasen los edificios y que pudieran comenzar los derribos. De hecho, el Ayuntamiento ha adjudicado ya el contrato para acometer esos derribos por algo más de 240.000 euros (IVA incluido).

Mientras, las obras de la ronda interior siguen pendientes de adjudicación para poder la fecha de inicio y para evitar compensaciones a la constructora en caso de que la culminación de las expropiaciones se demorase por la negativa de alguno de los propietarios o inquilinos a abandonar sus viviendas, lo que derivaría en un procedimiento judicial de desahucio.

El contrato se ha licitado en 1,7 millones de euros y tiene un plazo de ejecución de diez meses desde el inicio de las obras. La principal novedad con respecto al diseño que históricamente se había planteado para este vial (aparece ya en el PGOU del año 1982) es que contará únicamente con dos carriles de 3,5 metros de anchura, uno por sentido, frente a los cuatro previstos inicialmente. El objetivo de la decisión adoptada por el equipo de gobierno es no provocar embotellamientos de tráfico ni en la plaza del Espolón ni en la confluencia de la calle La Palomera, además de habilitar plazas de aparcamiento en una zona con muchas viviendas antiguas y sin garaje.
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