Los regantes se oponen a la CHD y piden impulsar Payuelos y las balsas del Órbigo

Ferduero presenta alegaciones a un esquema provisional que "perjudica gravemente los intereses de la agricultura de regadío"

C. Centeno
05/11/2020
 Actualizado a 05/11/2020
El canal bajo de Payuelos en una imagen de archivo. | SAÚL ARÉN
El canal bajo de Payuelos en una imagen de archivo. | SAÚL ARÉN
El Esquema Provisional de Temas Importantes presentado por la Confederación Hidrográfica del Duero a principios de este año para la gestión de las aguas de la cuenca desde el próximo 2021 y hasta 2027 «perjudica gravemente los intereses de la agricultura de regadío, poniéndola en riesgo en muchos casos». Así lo denuncia la Asociación Ferduero, integrada por las comunidades de regantes de la zona, que ha presentado un amplio documento de alegaciones en la que anuncian su oposición al plan hidrológico de la CHD si se mantiene esta línea. «Nos encontramos ante un Plan que tiene como único fin la consecución de los objetivos ambientales, amparándose siempre en Europa», en el que Ferduero considera que «los usos y la actividad económica pasan a un segundo plano». Ante él, el esquema publicado por Confederación a finales del pasado mes de enero y en información pública hasta el pasado 31 de octubre ha recibido un millar de alegaciones, aseguran.

El amplio documento de Ferduero recoge las principales reivindicaciones del sector a la CHD para que cuente con su apoyo a la hora de aprobar el nuevo plan hidrológico.
Por una parte, reclaman que se siga impulsando la modernización de regadíos aumentando la consigna presupuestaria actual especialmente en Payuelos y La Armuña, dos zonas que el esquema de confederación señala al considerar necesaria una revisiónen la que se valore si será posible atender la demanda de esta zona «sin afectar a la garantía de los regadíos existentes». Ante ello, Ferduero defiende que «no se puede retrasar ni un minuto más» el desarrollo de ambas zonas.

Además, piden incrementar la regulación en las zonas deficitarias, teniendo en cuenta la reducción de aportaciones que pueden provocar los efectos del cambio climático. «No parece muy lógico que el campo siga invirtiendo en infraestructuras para mejorar la gestión y el medio ambiente y que después no tenga garantizado el recurso, lo que podría suponer su ruina», denuncia Ferduero. En este sentido, exigen la «urgente ejecución» por parte de la CHD de las balsas de La Rial y los Morales, en el sistema del Órbigo, junto a la de Las Cuezas en el Carrión y otra más en Segovia. En esta misma línea, en las alegaciones demandan que se incorpore con consignación presupuestaria las actuaciones reflejadas en el estudio de las posibilidades de aumento de recursos hídricos en Castilla y León que realizó la Universidad de Burgos junto a Ferduero e Itacyl. En él, se apoya también la ejecución de las dos balsas del Órbigo, además de la regulación de los ríos Cea y Valderaduey y el recrecido de los embalses leoneses de Barrios de Luna y el Porma, entre otras actuaciones.

Por otra parte, Ferduero exige que se mantenga el régimen actual de caudales ecológicos «al que se llegó a un importante consenso». En la misma línea, demandan la eliminación de la propuesta de caudales máximos en 19 ríos regulados «porque pondría claramente en riesgo la satisfacción de las demandas de muchas zonas regables».

En las alegaciones, Ferduero también llama a mantener el régimen económico-financiero actual «que se pretende modificar al alza aplicando nuevos costes y cánones ambientales», denuncian. «La agricultura de regadío no puede asumir más subidas de inputs sin que se incrementen los precios de sus productos, que no han sufrido variación desde hace más de 30 años».

Además, exigen «que se deje de demonizar a la agricultura como actividad depredadora del medio ambiente y se la empiece a valorar como garante de su mantenimiento y de la seguridad alimentaria», por lo que demandan que se tengan en cuenta todos los efectos positivos que la actividad genera a nivel ambiental y económico. «Sin nuestra agricultura de riego, en una situación como la que estamos viviendo iríamos al supermercado y no encontraríamos muchos alimentos básicos y necesarios o dependeríamos de países terceros para encontrarlos», por lo que se ha considerado al sector esencial. «La gran paradoja de esa ‘esencialidad’ es olvidada por las administraciones dedicadas a temas hidráulicos y agrarios, que lejos de actuar de forma consecuente con la importancia estratégica de nuestra actividad para la garantía y soberanía alimentaria nos excluyen sistemáticamente de las inversiones».

Además, consideran clave la actividad del sector y de los regadíos para «mantener la actividad en el mundo rural y frenar la despoblación», recordando que el Ministerio del que ahora forma parte la CHD tiene como «segundo apellido» el reto demográfico y parece centrado únicamente en el primero, la transición ecológica.
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