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Los pudientes de la contorna

25/10/2015
 Actualizado a 08/09/2019
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Estábamos en la ruralidad nuestra un poco amurniaos porque se cierran los bares, incluso los que no son de luces coloradas, cuando nos pusimos muy de contentos porque dijo la tele de Sidoro (que cerró el bar pero nos la deja ver en su casa porque es de plasma y acierta mucho más el tiempo) que Amancio Ortega ya era el más rico del mundo.

- ¡Ostia!, pero sí es de Busdongo; dijo Mediagorra ‘asustao’ como si ser de Busdongo y el más rico no pudieran ser lo que la Enciclopedia de Álvarez llamaba Complemento directo, ahora desinencia distributiva con sintagma preposicional.

Y es que así ya tenemos algo que hacer. Nos sentamos en la sebe de las eras del Canto el Espinadaly a esperar a ver si pasa el coche de Amancio para decirle por dónde se va a Busdongo. Que ya sabemos que dar no da nada, por eso lo tiene, en tal caso que no nos quite, pero si lo pillamos de buena mañana (no que sea temprano, que no nos levantamos hasta que no se quite la helada, sino que esté de buenjerol) y nos deja hacernos una foto con él. No es que nos haga ilusión pero la hacemos en papel y ponemos por detrás: «En la foto, Amancio y yo. Por parejas los más pudientes de la contorna». Que por poco que tengamos nosotros no dejará de ser verdad, que dicen que él tiene un zapato para cada pie.

Ya sé que eso tampoco nos hace ricos, pero nos da juego.Sólo es lo que en Matallana llaman metáfora, en León simbología y en Madrid extrapolación.
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