"Los políticos no son hoy un ejemplo de tolerancia"

‘La brújula’ se emite este jueves desde la Obra Social de Unicaja con Juan Ramón Lucas por segundo año al frente de un programa que analizará la actualidad informativa de la jornada y dedicará tiempo a la realidad leonesa con personalidades de la política y de la empresa, además de abrir el micrófono al público asistente

Joaquín Revuelta
21/11/2019
 Actualizado a 21/11/2019
Juan Ramón Lucas ya visitó León en su primera temporada al frente del programa ‘La brújula’. | MAURICIO PEÑA
Juan Ramón Lucas ya visitó León en su primera temporada al frente del programa ‘La brújula’. | MAURICIO PEÑA
Son ya quince años ininterrumpidos los que el espacio radiofónico de Onda Cero ‘La brújula’ acude a  la capital leonesa en un ejemplo de fidelidad pocas veces visto en el mundo de la comunicación. Carlos Alsina, David del Cura y desde el pasado año Juan Ramón Lucas han cumplido con una de las tradiciones radiofónicas del otoño leonés. En esta ocasión el marco elegido para la emisión en directo y cara al público es la Obra Social de Unicaja en la calle Santa Nonia, donde el periodista madrileño de raíces asturianas analizará de 20:00 a 23:30 horas la actualidad informativa con su habitual equipo de colaboradores (Javier Carballo, Chapu Apaolaza, John Muller, José Antonio Vera, Ignacio Rodríguez Burgos, Santiago Carcar y Andrés Rodríguez) y dará entrada a invitados especiales como el alcalde de León, José Antonio Diez; el presidente de la Diputación, Eduardo Morán, y el consejero delegado de Hijolusa, una de las empresas más punteras del sector agroalimentario de Castilla y León, José Luis Gómez.

Para Juan Ramón Lucas la visita de ‘La brújula’ a León es una de las tradiciones gratas del programa. «Me gusta mucho hacer el programa fuera. Salimos mucho menos de lo que a mí me gustaría, pero por lo menos esta cita de León nos permite respirar un poco», reconoce el comunicador madrileño, para quien esta fidelidad del programa a la capital leonesa resulta excepcional y no se ha dado en semejantes términos con ninguna otra capital del país. «León es un caso excepcional en ese sentido. Desde hace más de una década todos los años vamos a León y no hay ningún sitio en el que hayamos repetido tanto, aunque últimamente la DO de Castilla La Mancha, por el tema del vino, sí nos ha invitado a lugares y enclaves diferentes, pero León, como capital y como lugar de culto radiofónico para nosotros, no tiene parangón», destaca este profesional de la comunicación que manifiesta un especial vínculo con esta provincia dadas sus raíces asturianas y sus recuerdos de infancia pasando algunas temporadas en un camping de Mansilla de las Mulas. «Todo eso sigue muy presente y de hecho ayer lo comentaba con compañeros de la radio. El vínculo que yo tengo con León es de proximidad afectiva. Yo de pequeño he ido muchos veranos allí con mi familia, que bajaba de la cuenca minera ‘a secarse’, como siempre decimos los asturianos cuando vamos a León. Ese vínculo, esa memoria del afecto sigue intacta, pero es que ir a León supone también reencontrarse con una ciudad hermosísima que vuelves a descubrir cada vez que la visitas».

Juan Ramón Lucas es consciente de que en la actualidad la política y todos sus derivados lo inunda todo y resulta cada vez más difícil hablar de otros temas que no sean los pactos electorales, Cataluña o la sentencia de los ERE. «Yo lo intento cada día. Hay que contar la política, hay que comentarla, nos afectan las decisiones políticas, nos afecta lo que pase en Cataluña, pero también tiene que haber espacio, y este jueves así lo haremos, para contar lo que es León, para hablar de la gente, la que va a estar viendo en directo el programa, que también tendrá su tiempo para comentar, porque esa es otra de las singularidades que yo quiero que tenga ‘La brújula’. Hablaremos de política, pero también de gastronomía, de tecnología y de lo que la gente que asista en directo al programa quiera contarnos de León».

El veterano periodista madrileño reconoce que se siente más cómodo en su segunda temporada al frente del programa vespertino de Onda Cero. «Sí, pero no es fácil, porque cada territorio radiofónico requiere un arte distinto. En el fondo tú eres periodista y lo que haces es dar noticias, contar historias, contar la vida y lo que le afecta a las personas. Pero luego cada uno tiene su estructura, cada uno tiene su diferente técnica a la hora de plantearte cómo lo cuentas, cómo acercas esos contenidos. A mí me gusta mucho abordar las noticias desde la perspectiva social, del interés, de la explicación, de cómo nos afecta. La política como tal me interesa solo en la medida que nos afecta, no como un juego o ejercicio de poder. La primera temporada ha ido bien, pero para mí ha sido un periodo de adaptación, a pesar de los años que llevo en esta profesión o gracias a ellos, porque al final lo que tú estás haciendo en un programa es el fruto de todo lo que has aprendido en tus años de experiencia. Estoy satisfecho con el proceso de adaptación y estoy también en constante proceso de adaptación, porque al final, cada mañana cuando te levantas y escuchas a Carlos Alsina o escuchas a otros medios para ver de qué va la cosa, vas pensando en un nuevo programa. Esto es un nuevo ejercicio cada día».

Preguntado cuál es su diagnóstico del estado actual de la sociedad española en unos tiempos marcados por una creciente crispación, Juan Ramón Lucas señala que no es sociólogo y le cuesta hacer un diagnóstico, si bien considera que actualmente las redes sociales lo que están haciendo «es acentuar ese rasgo tan nuestro de tendencia al enfrentamiento, a que lo mío es lo bueno y lo tuyo es lo malo. No hay tiempo de pensar, no hay capacidad de desarrollar ideas, simplemente de frases que muchas veces incluyen insultos y descalificaciones. Las redes sociales muchas veces son un elemento tensionador de la sociedad cuando pueden ser, y a veces lo son también, un elemento de comunicación en positivo. Pero lamentablemente nos encontramos muy a menudo con que esa tendencia nuestra a resolver los conflictos a gritos o a golpes encuentra estímulo en redes sociales, donde los golpes y los gritos son escritos o verbales pero tensionan igual. No digo que las redes sociales tengan la culpa de que haya mayor tensión, pero estimulan este enfrentamiento al que somos tan proclives los españoles».

El director de ‘La brújula’ confiesa no saber cuál puede ser la solución. «Los líderes políticos no ayudan demasiado porque no están ni en el término medio ni en la reflexión positiva. Los políticos no son ejemplo en estos momentos no digo ya de moderación, de tolerancia. No hay tolerancia en la vida política, hay criminalización del enemigo y ahora por las sentencias de corrupción lo estamos viendo. En el Partido Socialista la reacción a la sentencia de los ERE ha sido calcada a la del Partido Popular cuando salió la Gürtel. No hay autocrítica en la gente que tenía que ser ejemplar. Entre esa capacidad que tienen las redes sociales de agitar lo mejor pero también lo peor de nosotros y la poca ejemplaridad que hay en la vida pública, la sociedad no puede crecer en tolerancia. Luego está también la incertidumbre. La crisis económica ha dejado una sociedad en la que la gente joven no tienen sitio. La crisis  ha roto un montón de capacidades y la generación de nuestros hijos probablemente vivan peor y tengan menos posibilidades de las que tuvimos nosotros. Y eso es la primera vez que sucede. Todo eso logra tensionar la sociedad».
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