Los plátanos de Canarias

En este espacio debería ir otro contenido pero en el momento de escribir esta columna Cüneyt Çakir acababa de pitar el final del partido en Copenhague y la selección española había sellado su pase a los cuartos de final de esta Eurocopa; y, entiéndanme, la emoción futbolística le puede a una plumilla como yo. Hace exactamente quince días hablaba de la resaca emocional de La Roja, que las cosas ya no son como eran antes. Y este partido no ha hecho más que corroborarlo. Hemos pasado a cuartos sufriendo como si de un partido de Atlético de Madrid se tratase, subiéndonos y bajándonos de una montaña rusa de goles, sentimientos encontrados y puras idas y venidas (hasta más de uno y de dos se encomendaba a Morata, como si el que estuviese en el terreno de juego fuese el David Villa del 2008). Pero si de algo ha servido este partido ha sido para encumbrar a ese jugador de 18 años y 215 días que se ha convertido en el futbolista más joven en disputar un partido de eliminación directa en una Eurocopa con un emoticono del plátano de canarias en su bota. Saltó Pedri al verde para competir contra Luka Modric, ese mago del centro del campo que debutó oficialmente con Croacia cuando Pedri solo tenía tres años. Quizás hemos tenido el relevo generacional en el centro del campo en nuestras narices. Y todo esto pasó a las 18:00 horas de un lunes laborable. A nuestros vecinos europeos les parecerá un horario de lo más aceptable, no en vano en el resto de Europa la gran mayoría ha finalizado hace horas la jornada laboral. Sin embargo, en España, los que tuviesen suerte habrán podido verlasegundaparte.MañananosesperaSuiza,tambiénalas18h,unavezmás llegaremos a ver solo la segunda parte. En este ámbito también hay que trabajar (para que luego digan que en España hay conciliación).