Los personajes del tío Ful: Zapico, fotógrafo y extrabajador de Hulleras

Hijo del barquerín del Esla, pastor en Horcadas, oficinista en Hulleras de Sabero y Anexas siendo "el que apagó la luz" y recordado fotógrafo de todos los eventos del Valle

Fulgencio Fernández
30/10/2021
 Actualizado a 30/10/2021
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Tiene 88 años que para nada aparenta. Está al día de toda la actualidad que le rodea. Sabe casi todo lo que se puede saber de las setas, que ha recogido tanto en su valle de Sabero como en los cercanos. «Hasta las hoces de Nocedo y todo aquel valle íbamos».

Es Zapico, uno de los personajes más conocidos de la comarca; por vivir en una de las casas centrales y llamativas del pueblo —«de las llamadas ‘de la empresa’, el último que había vivido aquí fue el médico»—; también por haber sido el fotógrafo que plasmó en su cámara todos los eventos del valle durante décadas —«estaba yo solo, me tocaron todas las bodas, bautizos y demás»—; por regentar la librería de Sabero y haber sido el que tuvo el nada deseable privilegio de «apagar la luz» en el cierre de Hulleras de Sabero y Anexas en aquel ya lejano 1991, ahora hace 30 años. «Yo trabajaba en las oficinas, llevaba cuarenta años en la empresa y me quedé solo para hacer todos los papeleos, nadie quiso quedarse y además yo estaba especializado en nóminas y era lo que más falta hacía. Estuve 6 meses solo».

- Te tocó firmar el parte de defunción.
- Se podría decir así.

Lo que realmente tenía que hacer Zapico era calcular qué trabajadores se podían jubilar, cuándo lo podían hacer, qué indemnización les correspondía... «Eran cosas que le interesaban mucho a los trabajadores, por ello había que ser muy serios y exactos. Fue un trabajo exhaustivo pero debo reconocer que en la parte económica se me trató bien durante estos meses».

Era la etapa final en Hulleras de este vecino del Valle, al que llegó de niño con sus padres, que habían sido los que tenían la barca para atravesar el río hacia Vegamediana, «a mi padre le llamaban ‘El Barquerín’» y que tira de ironía para explicar el inicio de su formación. «Como había sido buen estudiante en la escuela fui a hacer el bachillerato durante tres años en Horcadas... cuidando vacas».

Regresó. Los maestros recordaban que era un buen estudiante fue aprobando pruebas y entró en ‘la empresa’ en la que trabajó décadas, «con más cosas, que siempre fui de varios oficios pues la familia era numerosa».
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