Los personajes del tío Ful: Toño y Rodín, mineros y brigadistas

Mineros orgullosos de haberlo sido. De serlo, que nunca se abandona esta condición, y con un orgullo añadido, el de haber estado en la Brigada de Salvamento Bierzo Alto

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
23/11/2019
 Actualizado a 23/11/2019
374722130
Son mineros. Ha sido su única profesión, en Laciana y El Bierzo, y lo sigue siendo pues estas gentes jamas dicen «fui minero», prefieren el «soy minero»... y más ahora que la mina ya no existe, el oficio sí.

En el caso de Rodín y Toño tiene un añadido que para ellos es un orgullo: Fueron (son) miembros de la Brigada de Salvamento Minero Alto Bierzo, a la que La Nueva Crónica acaba de conceder La Negrilla de Oro 2019.

Es difícil convencerlos para que hablen, en su gen minero y brigadista está la costumbre de hacer y no decir; pero cuando se deciden son un pozo de recuerdos de todo tipo. «Es una mezcla de recuerdos agridulces. De un lado están los años duros pero inolvidables de mina y de la brigada y por otro el recuerdo de tantas veces que hemos tenido que acudir a algún pozo, a alguna galería, porque algún compañero se había accidentado, había quedado atrapado, herido, o, en el peor de los casos, muerto, que alguna vez nos ocurrió».

A la hora de responder a qué es ser brigadista los dos lo tienen muy claro, los dos coinciden en una definición tan corta como contundente: «Estar en la Brigada de Salvamento es un orgullo añadido al de ser minero».

- ¿Quién entra en la Brigada?
- Está mal que lo digamos nosotros, pero entraban los mejores, aquellos mineros que veían más capacitados, más fuertes, preparados...
- Ya tendríais vuestros privilegios...
- Que quede claro, ninguno. Jamás recibimos una peseta (o un euro) por estar en la Brigada, ni la queríamos, podría parecer que estábamos allí por dinero y nada más alejado de la realidad. Era un orgullo pertenecer a la Brigada y sigue siendo un orgullo haber pertenecido a la Brigada.
- ¿Ni unas horas libres para entrenar, para prepararos?
- Nada e, insistimos, tampoco lo queríamos, era una pertenencia totalmente altruista, desinteresada. Entrenábamos y nos preparábamos, que sí lo hacíamos, en nuestro tiempo libre, era como hacer deporte.

E, insisten, en que hay algo que explica su forma de estar en la mina y otras muchas historias del oficio: «No hay trabajo en el que haya más solidaridad entre los obreros que en la mina».
Lo más leído