Los personajes del tío Ful: 'Pistolo'

Primera gran figura del Ademar, practicó y destacó en frontón, la lucha, el baloncesto, atletismo... todo; pudo hacer cine. Su potencia sigue siendo una leyenda real

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
15/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Cuando se repasa la historia del balonmano en León, tan ligada al Ademar, aparecen en sus orígenes muchos nombres –Ángel González, Córdoba, Ampudia, Pin Vélez...– y a su lado una leyenda, real, ‘la leyenda de Pistolo’, que tiene nombre pero está eclipsado por el apodo y la historia que encierra: Es Aurelio Ordás Noval.

Se cuentan mil historias de este deportista de tremenda potencia: que tiraba con las dos manos igual de fuerte, que rompió un buen número de postes de las porterías... «Los postes estarían viejos; pero es cierto que llamaba mucho la atención que tiraba muy fuerte, dicen, con las dos manos. El misterio es que jugué mucho a pelota mano y en ese deporte es fundamental la mano izquierda, porque es la del lado de la pared, y eso es lo que me permitía manejarla tan bien...».

En realidad a Pistolo se le daban bien casi todos los deportes y destacó en muchos de ellos. El baloncesto lo compatibilizó con el balonmano y cuando se fue a jugar a lo que sería el Askatuak participaba en ambos deportes para después fichar por el Atlético de Madrid de balonmano antes de regresar a Valdevimbre por la muerte de su padre que, curiosamente, había sido portero de fútbol en Argentina.

Aurelio Ordás también destacó en atletismo, practicó la lucha leonesa junto a su buen amigo Eusebio Tejerina ‘El Jato’ de Argovejo, espeleología en la Cueva de Valporquero... todo. «Tenía cuerpo para todo. Estando en Madrid trabé amistad con Hércules Cortés, campeón del mundo de pressing catch, y le desafié a un pulso a la leonesa, con una perra gordadebajo del codo...».

- ¿Y ganaste?

- ¿Lo dudas?

Y fue Hércules Cortés y Samuel Bronston quienes le quisieron llevar al cine, «pero no me convencieron, no me gustó...».
Hoy es una leyenda que anda por las calles de León y cuando le hablas del Ademar, su otra familia, te insiste en recordar a los que ya no están: los Villalón, Juanín Arias, César, Fernando Algorri, Carlos Álvarez...
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