Los personajes del tío Ful: 'Pepina'

Trabajadora desde niña, la hija del pellejero, guarda en su memoria los buenos tiempos del Valle y la 'fórmula' de la morcilla que sus hijos han llamado Morvega

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
10/03/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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Se llama Josefa pero para todos sus vecinos es Pepina, ahora Pepina la de Morvega, que es la conocida empresa de su hijo nacida al calor del saber mondonguero de la madre, que ya lo heredó de sus padres. Con una sonrisa aún reconoce: «Hoy, con 85 años, ya no bajo a la nave pero cuando quieren comercializar un nuevo producto me lo traen para que lo pruebe».

Y hacen bien porque tiene la cabeza bien armada esta mujer que acude a la escuela de adultos o al tele club para jugar la partida, que siempre tiene palabras amables para la vida salvo cuando reconoce que «estoy perdiendo vista, me da una pena».

Es una gozada sentarse a su lado y escuchar.Un rato a su lado es un tratado de historia del valle de Sabero en el último siglo y con varas de medir que entiendes muy bien, lo que se vendía en la tienda/almacén de la familia y la realidad actual, los recuerdos de infancia. «Mi padre era El pellejero, le llamaban así porque compraba los pellejos para el negocio familiar, pero compraba mucho más, bajábamos a Cistierna con el carro y la mula. Dos horas de camino porque aunque se atajaba por Vegamediana a mi me daba miedo el ruido que hacía el puente de hierro y rodeábamos».

- ¿Y desde cuándo trabajas?
- Desde que nací; dice y sonríe.

Sigue contando historias. Allí donde estamos sentados fue la tienda, «eran todo estanterías, estaban abarrotadas y se vendían en nada»... Su hijo y su hija escuchan y asienten, seguramente han escuchado esta historia muchas veces pero no se cansan de recordar de dónde vienen, de viajar a esa caja de secretos que es la cabeza que tiene la fórmula de la morcilla: «Picante y sosa».
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