Los personajes del tío Ful: Paco, industrial de abejas y ovejas

Paco vive solo en Campo la Lomba, con sus ovejas y sus abejas, es feliz con las dos ‘industrias’ pero necesita salir para hablar y ver gente y no le vendría mal que le dejaran en paz los lobos

Fulgencio Fernández
12/02/2022
 Actualizado a 12/02/2022
676250809
No te acostumbras fácilmente a ver a Paco sin su poderosa barba, aquella que fue una seña de identidad del último habitante del pueblo omañés de Campo la Lomba y que la ha dejado reducida a una perilla. «De todo se cansa uno, tantos años con aquella barba...».

Habíamos quedado en el pueblo pero no aparece por ninguna parte... «estoy en Riello, tirar para acá». Nadie tenía intención de reñir con él pero su disculpa no te deja ningún resquicio, sólo te queda darle la razón y pedir otra ronda. «Estuve atendiendo un poco las abejas, que las ovejas ahora no dan trabajo, hasta que no vayan a parir... y pensé, voy a comprar algunas cosas que necesito y, de paso, hablo con la gente, que aquí solo en el pueblo, tantos años, si no salgo a hacer algo de vida social acabo ladrando como los perros».

- O aullando como los lobos; le digo y no fue muy acertada la apreciación ni «mentar a la soga en la casa del ahorcao» cuando digo la palabra lobo.
- De los lobos ni el aullar...

Y es que todavía no hace mucho que le prepararon una escabechina curiosa en el rebaño cuando le mataron más de 20 ovejas «y un mastín».
- No es normal que maten un mastín.

- Si son uno o dos lobos pues no; pero si yo tengo cinco mastines y se atreven con ellos, ¿cuántos serían? Pues una manada de 10 ó 12, te lo digo yo.
- Pero ya te habrán pagado las ovejas; ¿cuánto te dieron?
- ¿Darme? Lo que me des tú; concede como broma después de contar hasta 10 y no decir lo que realmente piensa.

No lo dice, pero se le lee en los ojos claros de este paisano que ya podría jubilarse pero no le apetece pese a sus achaques físicos que, explica, «me acabarán llevando a una silla de ruedas, además de tener el pulmón seco de un tiro que me dieron».

No solo es la vida que tiene Paco, abejero y ovejero por vocación, es cómo la cuenta, que tiene mucho más gancho.
Lo más leído