Los personajes del tío Ful: Nano el cubano de Coladilla

Pensando en uno de los personajes que han pasado por esta galería para felicitar la Navidad... no podía ser otro, Nano el de Coladilla. Irrepetible ‘El Cubano’

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
22/12/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Al llamar a la puerta de Nano en Coladilla todo puede ocurrir, excepto que no la abra. Lo que diga después es imprevisible. En esta ocasión, al ver a Laura, da un suspiro, lanza humo con su inseparable Faria y exclama: «¡Qué alegría verte! —a tí no, ni gota de alegría; me explica a mí— me volvió el alma al cuerpo».

Son sus cosas, sus historias. «¿Coméis algo?», pregunta, y ante la respuesta unánime de que «no, que acabamos de tomar café» coge el jamón y se pone a cortar.

- Que no queremos.
- Pues lloro.
- No hombre no, es que no tenemos hambre.
- Pues me araño.

Y sigue cortando, mientras sobre la cocina tiene cociendo un pollo en una cazuela. Cada poco le echa manzanas y dice: «Come monín, a ver si mientras te cocino engordas». Para a continuación decirle al perro: «Moro, ¿cómo trabajan los periodistas?». Yel perro se tumba panza arriba a dormir.

Le vuelve a echar manzanas al pollo y ahora le explica otra cosa: «Come, que no sé si no tendrás un poco de diabates. Vas a tener que ir a don Ricardo».
(Por cierto, no dejes de ver el vídeo en la parte final, cuando cuenta la historia del muerto y Don Ricardo... es genial, pero que os la cuente él). 

Un no parar. Cada cinco segundos se le ocurre una cosa diferente. O se calla y le dice a Laura: «¿A que me echabas de menos? Claro».

Increíble este paisano que regentó durante décadas una marisquería en Candás, El Cubano, en la que daba de comer gratis a los pobres del pueblo. «Hasta treinta sin techo se me juntaban».

- A ver Nano, felicita la Navidad a la gente.
- Hola, soy Nano –como el viejo anuncio de Edu–feliz Navidad;pero lo que os digo es que Navidad tiene que ser todo el año, que sacáis a los abuelos a cenar en Nochebuena, a comer en Navidad, y al día siguiente los dejáis tirados otra vez. Y eso para Nano... no».
- Marchamos Nano.
- Pues lloro.
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