Si cruzas habitualmente por la carretera que va de La Vecilla a Boñar seguro que has visto a Mariano, te ha llamado la atención la poblada barba de este buen paisano, tranquilo, ganadero y buen conversador. Antes era frecuente verlo a la orilla de la carretera vigilando sus cabras, pero hace un par de años que las dejó y sigue a lo suyo, las vacas, una tradición que hereda su hijo. Bromea con que «este mes todavía no me afeité».
- ¿Desde cuando con barba?
- Desde antes de tenerla.
- Si no te explicas...
- Que antes de que me saliera la barba ya tenía la idea de dejármela, siempre me ha gustado la idea de tenerla y no me la quité del todo jamás.
Como jamás ha cambiado de oficio. También tenía claro que quería ser ganadero y lo ha sido, como tuvo barba, adaptándose a los tiempos. «Primero me dediqué a la ganadería de leche, cuando nadie se preocupaba de nosotros ni para bien ni para mal; también tuve cabras hasta hace un par de años y cuando la gran crisis de la leche pues fui cambiando hacia la vaca de carne y en ella andamos. Ahora ya lo lleva mi hijo, pero no me aguanto sin ir a echarle una mano o a estar entre en ganado, es mi vida».
- ¿Cómo os han tratado en general a los ganaderos?
- No nos han tratado, nos han maltratado; siempre. Por ejemplo, ahora nos están pagando menos que en 2007 y ya han cambiado las cosas, ya ha subido la vida en todo lo demás.
- ¿Y cómo has aguantado?
- Nosotros tenemos una palabra que igual no es la correcta en sentido estricto pero se entiende, decimos que, ‘pese a todo’, «aneciamos a la ganadería» y seguimos en ella.
Los personajes del tío Ful: Mariano, ganadero de La Mata de la Riva
Es el rostro más conocido de aquel valle gracias a su llamativa barba, que luce desde siempre, como ha sido toda su vida ganadero por vocación, "anecié a ella y no abandono"
13/03/2021
Actualizado a
13/03/2021
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