Los personajes del tío Ful: Margarita Ramos, exlanzadora de peso

Estuvo en el primer cajón de la historia en el mundo del atletismo y lo asumió con la misma sonrisa y naturalidad con la que lleva ahora una vida de leonesa querida por su gente

Fulgencio Fernández
12/03/2022
 Actualizado a 12/03/2022
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No encontrarás una fotografía de Marga Ramos en la que no luzca una amplia sonrisa, la sonrisa de Marga, salvo aquellas imágenes de su carrera deportiva en la que aparece en pleno esfuerzo, lanzando la bola de peso... La sonrisa llega unos segundos más tarde, pues aquellos lanzamientos generalmente se convertían en grandes marcas, medallas, campeonatos... (no hay espacio para detallarlos, por ahí anda la wikipedia o, mejor, su página web). La misma sonrisa amplia que luce, por cierto, cuando comprueba como su hija Fiona ha seguido sus pasos y parece que también los de sus récords. Tiempo al tiempo.

- ¿Has pasado a la fase de la mamá de la campeona?
- Sí. Lo que se llamaba en nuestra época ir «de madre de la Pantoja», que a Fiona le hace mucha gracia porque no lo entiende y pregunta que qué es eso de la Pantoja. No, yo sufro, pero la dejo.

Pero la sonrisa de Marga no viene solo a consecuencia de los éxitos, que fueron muchos, o de los campeonatos; su sonrisa es más del alma, una actitud vital, tanto que recuerda el pasaje más duro de su vida, cuando se le atravesó la palabra más temida del siglo, cáncer, con una mirada casi positiva. «Fue muy duro, claro, no deja de ser un cáncer, pero en aquellos momentos tan duros me sentí tan arropada por tanta gente, sentí tanta cercanía, cariño, que casi lo doy por bueno»... aunque, por supuesto, no le desea a nadie un trance así.

Hablamos con Marga ante un panel con su biografía que forma parte de la muestra ‘Mujeres referentes’ en la que la lanzadora nacida en Cea aparece junto a pioneras como la inventora del precursor del e-book (Ángela Ruiz), una de las primeras mujeres médico (Nieves G. Barrio), la primera taxista (Piedad La Peñina) y varias más, hasta Doña Urraca. «Es un privilegio que no sé cómo explicar verme entre todas estas pioneras me parece algo increíble».
Un motivo más para que no se borre su eterna sonrisa.
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