Los personajes del tío Ful: Luis Miguel Modino, misionero

Son de otra pasta los misioneros, ven el mundo con el único ojo de la solidaridad y Luis Miguel trabaja en la Amazonía, en Manaos, a favor de los pueblos indígenas, los desfavorecidos

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
30/11/2019
 Actualizado a 30/11/2019
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Dice este cura de Moral del CóndadoLuis Miguel Modino— que «varias circunstancias que van apareciendo en la vida me hacen creer que mi lugar estaba en una misión. Y no me arrepiento, creo que ha merecido la pena, que encontrar sentido a la vida es difícil y yo se lo he encontrado».

Era 2006 y el lugar donde le encontró sentido a la vida era Brasil, la Amazonía. Primero en Bahía, después trabajando en poblados situados entre las fronteras de Brasil, Colombia y Venezuela y en la actualidad, desde hace año y medio, en Manaos, en el corazón de la Amazonía y sus conflictos. «Tenemos que tener claro que si la Amazonía se acaba el planeta se va al garete, eso es así y corre peligro pues los gobiernos muchas veces se venden a los intereses de las grandes empresas» y tiene muy claro el leonés que uno de ellos es el actual, el de Bolsonaro. «Se ha posicionado con las grandes multinacionales y contra los pueblos indígenas», señalando casos muy preocupantes: «En los pavorosos incendios que han sido noticia a nivel mundial no sé si el Gobierno los apoyó pero está claro que no los combatió; o la contaminación de los ríos por mercurio, que puede ser una tragedia humana impresionante».

Habla de ello con tanta calma Modino que no parece tan grave pero él lo tiene muy claro y recuerda que es la teoría aprobada en un reciente sínodo para la Amazonía sobre «nuevos caminos para la Iglesia y la Ecología integral», con el apoyo claro del Papa Francisco a la Amazonía y los pueblos indígenas.

Explica el misionero del Condado las duras condiciones de vida en los pequeños poblados indígenas, situados al lado de los ríos. «Uno de los más graves es la distancia. Para llegar a una ciudad tardar un día es estar muy cerca, lo normal es tardar tres o cuatro días, incluso una semana, en sus canoas por los ríos, que es como se mueven.Y si puedes andar en coche es carísimo, yo gasta 600 litros de gasolina para ir y volver a la ciudad». La cara positiva es que son pueblos muy solidarios, se ayudan mucho unos a otros.

- ¿Cómo os reciben a los misioneros?
- Ellos muy bien. Pero las denuncias que hacemos nos suponen enfrentamientos con gente poderosa, que no ocultan su interés en acabar contigo, a veces veladamante y otras no tanto.

Lo dice con tanta calma que hay que pensarlo y... son de otra pasta.
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