Los personajes del tío Ful: Leandro el pastor

A su lado entiendes la magia del pastoreo, el secreto de adiestrar careas y mastines; escuchándole hablar sabes que este sólo es un oficio para los que lo llevan en la sangre

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
05/10/2019
 Actualizado a 05/10/2019
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Leandro es pastor «hasta en los andares», como se decía de los toreros. Con su zurrón de cuero con las iniciales (L.F.) grabadas, con el cayado terminado en gancho para sujetar a las ovejas por las patas, con su sombrero... y, sobre todo, con su cabeza, su vida y su pasión vinculadas a este viejo oficio «que hoy nos tienen contra las cuerdas, hacen falta más papeles para ser oveja que para ser ministro», bromea. O no bromea.

Es pastor o ganadero de ovejas de cuna pues su padre ejercía el mismo oficio, en la localidad omañesa de Curueña, aunque Leandro como nació en invierno vino al mundo en Alcoba de la Ribera, donde su padre había bajado haciendo la transterminancia. «Y desde niño fui pastor, con seis años ya andaba entre las ovejas». Ycasó pastor o ganadero de ovejas pues su mujer Felisatambién sabe de este oficio, que lo vivió en su casa de ganaderos, de Robledo de Caldas. Aunque los dos saben que no es nada fácil que sus dos hijos sigan con el oficio, no son buenos tiempos.

- ¿Tan duro es ser pastor?
- No sé cómo explicarlo. Si eres pastor de verdad cuando estás en el monte con las ovejas, por la montaña, los días se te hacen muy cortos.

Y sabe de lo que habla pues, además de haberlo mamado, ya ha estado en numerosos puertos: En la Cueta, en‘Las Argajadas’ de Villargusán, en Salce y hasta en la vecina Asturias. «Estuve años en los puertos de Saliencia (’Cerveriz’ y ‘La Calabazosa’) enSomiedo».

En la actualidad ya ha bajado de la montaña y estaba con sus ovejas en las rastrojeras de Barrientos de la Vega. Por poco tiempo que pases con él entiendes muchos de los misterios de este oficio, de las horas robadas a la soledad entrenando a esos careas que no dejan de jugar a su alrededor o de los mastines que están plácidamente tumbados al sol pues su instinto les ha contado que no pasa nada, que Leandro conversa y cuenta historias, que con unos precisos sonidos aparta a las ovejas del maíz y, si no responde le encarga la tarea a los careas que en pocos segundos forman en el centro del sembrado un perfecto redondel, que bien parece trazado a compás mientras el pastor saca de sus bolsos ‘regalos’para perros y ovejas.

No extraña nada que haya sido premiado como Ganadero emprendedor por la fundación Vista Lindade Australia y Nueva Zelanda. Hasta allí saben cómo es Leandro.
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