Los personajes del tío Ful: Esther Recio, panadera de Riaño

En Esther pronto percibes el saber hacer panadero de 4 generaciones que la han precedido; pero, sobre todo, el compromiso humano de llegar hasta el último rincón donde haya un vecino

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
11/03/2023
 Actualizado a 18/03/2023
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No solo llevas el pan hasta el último rincón, de alguna manera les haces los recados a gentes que viven en un pueblo alejado y necesitan algo de la farmacia, del súper... y lo haces encantada, va con la forma de ser de los panaderos, somos casi un servicio público o, cuando menos, así nos perciben muchos de nuestros clientes».

Así explica la joven panadera de Riaño (Panadería Tomás) la filosofía empresarial de los panaderos, la tradición de llegar allí donde haya alguien que quiere pan, llueva o, sobre todo, nieve, que es bastante frecuente en su caso por la comarca en la que vive y trabaja.

- Pero puede darse el caso de que vayáis a un pueblo, en invierno, casi vacío, en el que no saquéis para la gasolina.

- Claro, se da pero ¿qué haces? ¿dejas a una mujer, a un hombre o a un matrimonio mayor sin pan porque no son negocio? Y, sobre todo, además de llevarles el pan pues los ves, hablas con ellos, te cuentan, te piden algo si lo necesitan. Mi hermano no hace mucho que entró a un pueblo, Acebedo, en esquís porque en coche era imposible. No puedes abandonarlos porque no son rentables.

- Los bancos sí lo hacen.

- Ya, pero nosotros somos panaderos.

Y lo son desde hace más de un siglo. Y ha mamado Esther la forma de ser de los panaderos de cuatro generaciones anteriores. Primero en Crémenes y desde hace un par de décadas en Riaño pero repartiendo desde allí por toda aquella montaña e, incluso, pasando para Asturias. Además de ello en la tienda riañesa vende la prensa, revistas, pan, repostería o las famosas empanadas de cecina hechas con productos de la comarca... «La panadería ha evolucionado mucho, para bien, se hace muy buen pan y otros productos».

- ¿Y cómo se vive en Riaño?

- Pues, la verdad, muy bien, tienes de todo, es como una ciudad en pequeño y lo tienes todo a mano. Yo viví diez años en Madrid y se me iba la vida en andar de un lado para otro.

Mucho mejor aquí, para todo.
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