Los personajes del tío Ful: Ernesto el de Argovejo

Seguramente sea la última leyenda de la lucha antigua, la anterior a los gimnasios. Luchador, músico de la mítica orquesta Los Kavi’s, cerraba las fiestas, ganaba los corros

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
02/11/2019
 Actualizado a 02/11/2019
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En la Montaña es una leyenda, la última de la vieja lucha. Los chavales, que no le han visto en los corros, quieren ser como Ernesto, muchos aficionados todavía defienden que «no lo hay como Ernesto»... Él sonríe, «me halaga, pero hay muy buenos luchadores y los hubo fabulosos antes. Yo estoy ahí y claro que te halaga que digan esas cosas de tí».

La leyenda de Ernesto, primero El Tabique y después El Viejo Profesor de Argovejo, se cimienta en muchos pilares. En su calidad, se repite mucho que sabía dar todas las mañas; en sus victorias, algunas contadas con tintes épicos; en que marchaba de un corro a actuar con la histórica orquesta Los Kavi’s y de la fiesta iba para otro corro que si ganaba ya corría de boca en boca cómo fue; en el famoso Corro del Millónque ganó en su pueblo y, sobre todo, en esos nueve campeonatos provinciales seguidos, siete deellos con Nacho de rival en la final y el noveno dando una caída cuando sólo tenía seis segundos para tocar la bocina final. «La verdad, no sé cómo me salió porque además Nacho es uno de los mejores luchadores que he visto y sabía perfectamente lo que se jugaba».

Hoy se celebra el Campeonato Provincial y se volverá a hablar de Ernesto, volverán las discusiones en las gradas sobre El Viejo Profesor, El Divino, El Junco... no faltará el defensor del de Argovejo que diga: «Si se hubiera cuidado Ernesto, ¿cuánto habría ganado?».

- ¿Cuánto?
- Yo qué sé. También me lo decía mi padre, pero no me lo planteo, si me hubiera cuidado seguramente habría ganado más pero habría disfrutado menos de la vida, que es muy importante cuando tienes veintitantos años, que la lucha es una afición no una profesión».

Es además Ernesto de los que piensa que la lucha leonesa es mucho más que un corro. «Yo creo que es importante que los aficionados te encuentren después del corro en la fiesta, que puedan hablar contigo, que haya gente que cuente historias de lucha como lo hacía Miguelín y, sobre todo, la amistad entre los luchadores que no quita ni un milímetro de rivalidad en el corro; yo soy amigo de mis rivales más duros»
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