Los personajes del tío Ful: 'El Fleta' de Ambasaguas

Lleva un nombre que le hace justicia, es una institución en todo el Curueño y otras muchas comarcas, no sabe estar quieto ni quiere malos rollos a su lado...

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
02/06/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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El Fleta es de esos personajes que deberían estar subvencionados. A su lado hay buen rollo siempre, anécdotas nunca faltan... y jugosas pues la vida de Generoso el de Ambasguas es de las que dan para muchas.

- ¿Tu nombre te hace justicia, Generoso?
- Yo creo que sí, lo intento, siempre me ha gustado darle salida al dinero, que para eso trabajé, y mucho, toda la vida.
- ¿Y el apodo de El Fleta, es de familia?
- Pues no, no te lo vas a creer. De chaval dicen que no cantaba mal y como entonces el cantante más admirado era aquel Miguel Fleta... empezaron a llamarme Fleta y El Fleta soy. No me molesta, ¿qué más me da lo que me llamen, lo importante es lo que cada uno es.

Y él ha sido de todo. Ganadero de todo —ovejas, vacas...—, agricultor, hostelero y hasta emigrante. «Estuve trece años trabajando en Francia, de soldador especialista, y no es por presumir pero gané bastante dinero, pero a mí lo que me tiraba era esto y volví para Ambasaguas, que aquí estaba lo que me gustaba, los perros, los aluches... Lo nuestro.

Y fue pionero en muchas cosas. Tuvo un restaurante en el que hacía unos campeonatos de tute que venía gente de toda la provincia —«las perras lo mueven todo»— hasta corros de lucha nocturnos, con unos premios que marean.

Hasta de las desgracias ve Fleta la cara positiva. En 2015 se le quemó la casa: «Todavía me emociona ver cómo se volcó la gente del pueblo, algunos se jugaron la vida. Nunca lo olvidaré, para bien.

- ¿Qué es lo que más te gusta del mundo?
- Tener a la familia alrededor, aquí en casa... y si me siegan del huerto pues mejor.
El Fleta, irrepetible. Generoso, una definición.
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