Los personajes del tío Ful: David González, 31 años de bombero

En la lucha leonesa es recordado por su capacidad para derrotar a rivales de mucho más peso. Como bombero recuerda su orgullo de ayudar, aunque es duro ver a familias que lo pueden perder todo

Fulgencio Fernández
18/12/2021
 Actualizado a 18/12/2021
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Aún le resuenan en el recuerdo a David los aplausos sinceros de sus compañeros bomberos hace unos días en una espontánea despedida. Estaban los del turno, los que descansaban, los de vacaciones... todos los que podían pues el de Barrillos realizaba su último servicio. «Sí me emocioné, es normal. Son 31 años como bombero y esta es una profesión que crea una gran camaradería, lazos muy estrechos, trabajas 24 horas seguidas, quizás estás más tiempo con ellos que con tu propia familia».

Tal vez le resonaban aquellos aplausos como aquellos otros lejanos de su etapa de practicante de la lucha leonesa. Pesaba poco más de 70 kilos y se medía en las fiestas de San Froilán en La Virgen con un rival de más de 120 kilos. Y lo derrotó. «Los asturianos que veían el corro, que eran muchos pues ya se sabe lo que les gusta esta fiesta leonesa, no se lo acababan de creer y cuando me di cuenta me estaban sacando a hombros; ellos lo veían como una especie de David contra Goliath».

No le extrañó tanto a los leoneses, conocedores de  la clase de este miembro de una saga de cuatro hermanos luchadores, pues es una gesta que repitió con cierta frecuencia pero sí le pasaba factura en forma de lesiones. «Lo dejé con 23 años y no se si aquellos tiempos tendrán algo que ver con varias operaciones que tuve después. Ahora mismo estoy en lista de espera para la rodilla».

Sacó después David las oposiciones de bombero —profesión que también ejerce su hermano Dani— y estuvo 31 años en este cuerpo, orgulloso de haberlo sido. «Es una profesión muy bonita pues tu trabajo es ayudar, muchas veces en situaciones muy críticas; pero a veces tienes sentimientos encontrados, a veces regresas de una noche luchando contra el fuego, una jornada dura pero vuelves feliz de haber ayudado y con el corazón un poco encogido pues regresas de una tragedia, ves a gente que sufre mucho pues lo puede perder todo». Y recuerda muchas intervenciones duras, complicadas; como recuerda aquella que sufrió en su propia casa y tal vez allí decidió ser bombero.
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