Los personajes del tío Ful: Carmen, fundadora de Panaderías Flecha

Carmen es una entrañable octogenaria siempre dispuesta a recordar una doble historia, la de su familia, que es tanto como hablar de la exitosa Panadería Flecha

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
14/03/2020
 Actualizado a 14/03/2020
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Carmen lleva sus 85 años con excelente vitalidad y ganas de vivir y contar, aunque una operación de rodilla le ha hecho pasar malos tragos y aún pelea con ella. «Pues con la muleta, qué le vas a hacer».

Carmen lleva escrita en su vida la andadura de una iniciativa de éxito, la Panadería Flecha, de Santibáñez del Bernesga y ahora también de León, ésa que una y otra vez gana premios, ésa de la que se repite lo de «hace el mejor pan de España». Pero si lo dices allí en la casa todos agachan la cabeza; Manu, el hijo de Carmen, musita aquello «de intentamos hacer buen pan»; la siguiente generación, su sobrino Daniel sonríe, siempre sonríe... y Carmen reconoce lo orgullosa que está de todos ellos pero lo que quiere es que vaya a su lado «la cuarta generación», Martina, la hija de Daniel.

- Carmen, ¿le gustaría que fuera panadera?
- ¿Y porqué no? Todos lo hemos sido, siempre que le guste a ella, claro.

Carmen nos incita a que hablemos con su hijo y su nieto, pero la verdadera «masa madre» de la Panadería Flecha es ella, junto a su marido, fallecido hace años. «Claro que me acuerdo cuando empezamos, en 1957. Nunca habíamos sido panaderos y le pedimos a otro hombre de aquí del pueblo que nos enseñara, estuvimos primero unos meses en otro horno, también de leña, de urces, y después ya vinimos para esta panadería, la de toda la vida y en la que seguimos, con el mismo horno de leña con el que empezamos, en su caso ya de roble, que es bueno para hacer buen pan».

Tiene frescos todos los recuerdos. Ella sobre todo amasaba, «todo a mano; la venta se hacía al principio en burro y con el serón, por toda la comarca. Después fuimos comprando el Land Rover, las furgonetas, la venta en León, abrir en Eras de Renueva...».

Todos los recuerdos forman parte de la historia de los Flecha, de ahí el disgusto cuando les robaron y quemaron el histórico Land Rover, «que lo vamos a restaurar, es de la casa, de toda la vida».

Y Carmen atiza la cocina, sigue contando historias y aprieta contra su regazo a Martina.
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