Los personajes del tío Ful: Carmen, de 'Los Costilla' de Pola

Tiene 100 años y un mes y nadie lo diría, lleva en la cabeza un siglo de historia de Pola de Gordón y todo un mundo que conoció en la tienda familiar, la de Los Costilla

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza
08/02/2020
 Actualizado a 08/02/2020
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Fue un regalo de Reyes para la familia Costilla de Pola de Gordón, aquel 6 de enero de 1920 nació Carmen, la novena de los 12 hermanos que fueron. Ha pasado un siglo y un mes y Carmen pasea por las calles de Pola, toma un café y, sobre todo, charla con los vecinos que le preguntan historias, le arrancan recuerdos, le hablan de sus familias, que ella conoció y recuerda. Siempre con una sonrisa.

Recuerda una vida de trabajo, «como era la vida entonces», y la cantidad de gente de todos los pueblos de la comarca que pasaba por el negocio familiar, tantos años abierto en la esquina del puente.

- ¿Despachabas en la tienda?
- Eso lo hacía mayormente mi hermano, yo cogía puntos a las medias, una cosa que ya no se hace ahora.

Tiene frescos los recuerdos y no le borra la sonrisa recordar sus trabajos en Pola o después como emigrante, tan solo tuerce algo el gesto cuando recuerda los años de la guerra. «Aquella guerra fue mala, bueno son malas todas, pero aquella la viví, sólo tenía 16 años... Lo que más recuerdo es cuando se escuchaban los aviones, marchábamos corriendo de casa y a esconderse en las cuevas, ahí para los montes de los Barrios».

Pasaron aquellos malos años, enviudó bastante joven y emigró a Bruselas. Trabajaba «en las casas de aquella gente» y entre ellas en una que no era ‘solamente’ una casa. «Era un castillo de una princesa rusa que estaba casada con un belga que era muy rico. Eran unos señorones...» explica Carmen, y Noelia, la chica que la cuida por las mañanas y la ayuda a cualquier hora del día, que la mira con la ternura de quien es mucho más que una cuidadora, explica que «el señor del castillo, Erick Wittouck, es el propietario de una gran industria azucarera y apareció en la lista Forbes como el belga más rico en el mundo, ahora vive en Mónaco».

- Carmen, me han dicho que el año pasado, con 99 años, te escapaste a las 12 de la noche para ir a ver la orquesta de la verbena.
- Sí señor, así es, se hablaba tanto de ella, que era tan buena, que me escapé.
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