Los oportunistas y las llamas

La oleada de incendios en Bierzo, Asturias y Galicia es una estupenda oportunidad para la prudencia desde todos los ámbitos (el primero, el informativo) y para que los políticos pongan la prudencia por delante antes de entrar en cobardes acusaciones

La extraordinaria situación de sequía demuestra que las plantillas de lucha contra el fuego deben ser flexibles
17/10/2017
 Actualizado a 02/09/2019
La situación de sequía que atraviesa toda España es ciertamente extraordinaria. Más allá de las consecuencias que cada uno quiera sacar sobre el cambio climático, se trata ahora de solucionar los problemas más inmediatos, que hasta hace poco más de 48 horas era la sequía, la falta de agua para el riego y, en algunos pocos casos, también para el abastecimiento, y que de ese tiempo a esta parte se ha convertido en un grave problema medioambiental y para la seguridad de muchos habitantes de nuestra provincia (también de Asturias, Galicia y Portugal). La sequía hace que el riesgo de incendios sea máximo a pesar de estar mediado el mes de octubre. La locura e irresponsabilidad de algunos desalmados hace el resto. Por eso ayer se vivió un amanecer ciertamente ‘apocalíptico’ en algunas zonas de la provincia, especialmente en el Bierzo, donde el aire fue irrespirable durante prácticamente toda la jornada. La mencionada situación extraordinaria viene a demostrar la necesidad de que las plantillas de la lucha contra los incendios forestales sea flexibles, como siempre ha defendido la Junta, porque no todos los años son iguales y porque puede ocurrir, como es el caso, que hacen falta más brigadistas en otoño que en verano. Habrá que mejorar la ley, habrá que perseguir a los pirómanos contra cuyo delirio poco se puede hacer (lo demuestra la viñeta bajo estas líneas) pero no debemos caer en el oportunismo.
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