Los ojos de los sentimientos

20/01/2022
 Actualizado a 20/01/2022
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Decía ayer la directora de una Orquesta Sinfónica, la de la Región de Murcia, que para ella no era ningún problema dirigir los conciertos de espaldas al público, sin poder mirarles a los ojos para escudriñar qué sienten, pues, afirmaba, «siento en mi espalda todas las emociones de los espectadores».

Parece que los sentimientos no necesitan ojos. Parece que la belleza no necesita escaparates. Son.

Ayer andaba por el centro de León, por la calle de las esculturas, una más que singular orquesta. La antítesis de la directora de orquesta que no ve a los espectadores, en este caso son los músicos los que no ven, porque son marionetas que ejecutan las órdenes de la directora sin necesidad de verla, que sienten el calor y la admiración de las gentes que se detienen ante ellos sin necesidad de sentir, ni de mirar, ni de oír. Parece que los sentimientos no necesitan ojos.

Y las gentes que andaban por la calle se quedaban admirados del arte de la orquesta en la que solamente la directora mueve los acompasados hilos de la música. Las gentes se emocionaban al ver cómo la calle te puede regalar el arte. La belleza esta en el aire.

¿Quién no ha soñado ser libre y recorrer el mundo como director de una orquesta de sentimientos?

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