"Los objetivos del Plan Hidrológico son conocer las demandas y dar soluciones"

Jefe de la Demarcación de Carreteras del Estado en Castilla y León Oriental (Ávila, Burgos, Soria y Segovia), perteneciente a la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, con sede en Burgos, funcionario de la máxima categoría (nivel 30) con rango de subdirector y con una amplia experiencia en la tarea administrativa, Juan Ignacio Diego Ruíz asumió hace algunos meses la presidencia de la Confederación Hidrográfica del Duero tras la jubilación del palentino José Valín. El nuevo presidente asume la responsabilidad de dirigir los destinos de la Confederación en un momento clave, el de la puesta en marcha de un nuevo plan hidrológico en el que este organismo tiene mucho que aportar, mucho que escuchar, mucho que dialogar para poner de acuerdo a las distintas partes que de una manera o de otra contribuyen a establecer las bases del futuro aprovechamiento del agua, un plan del que están pendientes desde las instituciones hasta los agricultores, las asociaciones ecologistas, las empresas eléctricas... y que salió a información pública el último día del pasado año. Desde el conocimiento del mundo institucional, Juan Ignacio Ruiz, que es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos titulado por la Universidad de Cantabria y que cuenta con una experiencia profesional de más de una treintena de años en tareas relacionadas con el Ministerio de Fomento y especialmente con el sector de las carreteras, afronta con ilusión su nueva etapa profesional.

– ¿Que supone el nuevo Plan Hidrológico para la cuenca y para la provincia en general?
– Es una herramienta que se gestiona dentro de la Confederación, fundamentalmente por parte de los servicios técnicos, y que tiene que ser participada. El primer órgano en participar es el Consejo del Agua, pero no el único. Haremos reuniones en León, entre otros sitios, para que todos los agentes sociales contribuyan a enriquecer el plan. Los usuarios del agua somos todos y es muy importante que todos estemos representados. La gestión del agua tiene un perfil muy ambientalista. Entonces, es importante que, de alguna forma, la ciudadanía, representada por las asociaciones ecologistas, los sindicatos agrarios, las comunidades de regantes, municipios, las empresas hidroeléctricas, aporte su granito de arena al desarrollo de este plan. Regadío, abastecimiento, energía eléctrica y conservación son básicamente las cuatro patas de este proyecto.

La de los Payuelos es una obra absolutamente prioritaria porque, además, va en la línea de toda nuestra estrategia– ¿Y cuáles son exactamente los objetivos de este Plan Hidrológico?
– Los objetivos del plan son identificar correctamente las demandas y darles solución. Se trabaja sobre dos umbrales temporales: el 2021, que es el inmediato, puesto que el plan sale a información pública del 2016 al 2021 para que todo el mundo lo pueda conocer y hacer sus alegaciones; y el segundo umbral temporal es al 2027. Se trata de identificar cómo satisfacer esas demandas de agua, identificar los problemas de carácter ambiental, plantear objetivos de recuperación de los que estén en mal estado. En este plan, hay dos planificaciones: la forma de mitigar los riesgos de inundación y el plan especial de sequías. Para eso se requieren unos medios tecnológicos finos a la hora de cuantificar por un lado la situación de las masas de agua, los recursos disponibles, y todo lo que es la gestión de riegos, de registro de agua…

– ¿Qué horizonte se pueden marcar los agricultores leoneses para el desarrollo definitivo de los regadíos en la zona de Payuelos?
– Es una obra muy ilusionante. Los regantes, con los que hemos tenido ocasión de hablar hace poco, transmiten una ilusión impresionante por esa obra, y con razón. Yo siempre he dicho que aterrizar como técnico en esa obra es seguramente la obra de tu vida. Son obras que encajan perfectamente en este objetivo, por eso dentro de la planificación hidrológica también hay un apartado importante de modernización. La de los Payuelos es una obra absolutamente prioritaria porque, además, va en la línea de toda nuestra estrategia.

– ¿Y cuáles son exactamente los objetivos de este Plan Hidrológico?
– Nosotros nos encargamos de la regulación y de los canales en alta. Aquaest está terminando un tramo del canal que es muy importante. Hay que poner en marcha una inversión que va desde el ministerio de Agricultura, desde la Junta y desde los regantes. Desde el punto de vista de organismo no manejamos ningún horizonte temporal. Lo que ahora nos compete es la constitución de la comisión técnica mixta. Ya hemos hablado con las comunidades de regantes. Se hará la convocatoria en días.

– ¿Quién compone la comisión técnica mixta?
– Estamos representados los agentes de desarrollo del plan del regadío: Junta, ministerio de Agricultura, regantes y aguas.

La Ley de Aguas es muy garantista, lo que significa que da mucha difusión a los expedientes, que se traduce en demoras
 – Los agricultores lamentan que a pesar del gasto en modernización sigue aumentando el que llaman ‘tarifazo eléctrico’...
– El tema de los costes eléctricos es importantísimo. En la medida en que vamos modernizando y que los sistemas de regadío están mejor pensados, los costes eléctricos globales bajan. Estamos utilizando bastante menos agua. Los proyectistas buscan soluciones para que la presión llegue por gravedad y no por bombeos. En cuanto al coste eléctrico para los regantes, cada uno tiene sus derechos. Tienen que aflorar las necesidades de cada una de las partes y tenemos que conseguir armonizarlo, llegar a un esquema en el que los diferentes actores se sientan representados y escuchados.

– ¿Cambiará la forma de regular los caudales ecológicos?
– Todo el mundo sabe que son una necesidad. Nadie plantea que tiene que regar a costa de dejar el río seco. Sí hay una tendencia a la armonía. Cada uno tira de su parte de la manta pero nadie la quiere romper.

– Los agricultores piden también celeridad en los trámites paralas limpias de cauces de ‘dominio público’ y contribuir a erradicar plagas.
– La legislación que protege el dominio público hidráulico no la establece la CHD. Nosotros lo único que hacemos es dar aplicación al reglamento de dominio público hidráulico y a la Ley de Aguas.Algunos pretenden hacer esto y mirar para otro lado, pero nosotros no podemos hacer eso. Si se desregulara la actividad en los ríos, sería la ley del Oeste, porque el de aguas abajo bebe lo que le deja el de arriba. Deberíamos buscar soluciones ágiles a los procedimientos y en la medida en la que depende de nosotros se está haciendo. El reglamento, la ley de aguas, es muy garantista, lo que significa que da mucha difusión a los expedientes, lo que se traduce en demoras… Eso es lo que estrangula un poco la actividad del que está viendo sus necesidades día a día.

En la medida en que vamos modernizando y que los sistemas están mejor pensados, los costes eléctricos globales bajan – ¿Piensa la CHD agilizar los trámites para autorizar pequeños sondeos para proyectos agrícolas y ganaderos para captación de hasta 7.000 metros cúbicos anuales?
–Eso es una gran polémica ahora mismo. No es que estemos polemizando, es que hay una normativa que tiene rango de ley y que establece que en determinadas áreas no se podía extraer por debajo de los 7.000 metros porque estaban en una situación deficiente, no tenían un buen estado esas masas de agua. En el borrador del nuevo plan se ha cambiado la redacción para ajustarnos a lo que entendemos que es el espíritu de la ley y a lo que se puede permitir la situación de los acuíferos. La tramitación de un pozo en una zona que no esté afectada por mal estado cuantitativo no es una tramitación muy larga. Todo depende de la prisa que tengamos para hacer las cosas… En torno a un mes es el plazo actualmente para dar este permiso.

– ¿Cuál es el estado actual de las obras de las balsas de regulación complementaria del río Órbigo?
– Se ha enviado la documentación para proceder a la declaración de impacto ambiental, nos han pedido alguna corrección, y desde el ministerio tiene que salir en breve a información pública. Es algo inminente pero no tenemos un plazo concreto.