Los nuevos viejos

Bruno Marcos escribe sobre el legendario cantautor Paco Ibáñez, que recientemente protagonizó un concierto en el Auditorio

Bruno Marcos
06/09/2022
 Actualizado a 06/09/2022
Paco Ibáñez con Georges Brassens.
Paco Ibáñez con Georges Brassens.
Los viejos de mi niñez eran nacidos con el siglo XX, personas que habían vivido mientras en el mundo ocurrieron guerras mundiales o civiles, se veía en ellos el paso del mundo agrario al moderno, mujeres vestidas de negro, muchas veces diminutas, de espaldas muy torcidas y hombres de aspecto campesino. Luego los mayores fueron los que habían sido niños en la guerra, jóvenes en la postguerra, adultos en la dictadura, viejos en la transición y ancianos en la democracia… Ahora empezarán a serlo los que fueron niños en la postguerra.

Escribo esto al salir del concierto de Paco Ibáñez (1934), quien a sus ochenta y siete años ha sabido emocionar a un auditorio repleto de público con sus canciones de poetas: Blas de Otero, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Quevedo o Goytisolo, autores que en su música y en su voz han vuelto a vivir de nuevo.

Ibáñez contó muy claramente su biografía con pocas palabras: un niño con el padre anarquista huido a Francia tras la guerra civil que, hasta reunirse con él, se crió con su familia materna en un caserío vasco. Después de cantar allí a las vacas de pequeño, ya en París, el descubrimiento crucial del cantautor Georges Brassens y el nacimiento de sus propias canciones…

Hubo momentos raros y fascinantes en su actuación, instantes en los que se tuvo la impresión de viajar a un pasado apasionante y fantasmal, como si en medio del concierto naciese una sesión de las de antes y todos los presentes nos creyésemos de verdad que Franco no hubiera muerto hace más de cuarenta años sino que aún estaba vivo y que contra él podríamos vivir muy unidos y con mucha ilusión.

En España se produjo un fenómeno muy peculiar en la transición en el que se polarizaron los conceptos de lo nuevo y de lo viejo, uno absorbió la aurora de la democracia y otro el ocaso del régimen franquista. Todas las personalidades que cobraron notoriedad entonces han quedado fuertemente ligadas en la sensibilidad colectiva a la idea de juventud, hasta el punto de que nos resulta muy extraño que estas personas envejezcan, que Paco Ibáñez tenga ya ochenta y siete años, que aquellos jóvenes sean los nuevos viejos.
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