Los nombres olvidados por la cultura de su tiempo

Tras la publicación de la biografía de Miguel Hernández en 2002, salieron a la luz muchos nombres olvidados (femeninos) de la cultura de su tiempo

Mercedes G. Rojo
25/10/2022
 Actualizado a 25/10/2022
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Seguimos dando al reinicio de estos particulares caminos artísticos, por los que deambulamos en femenino, un color muy especial. Hoy, entre los nombres de ellas se nos cuela un nombre en masculino y es que el camino de la visibilización y el respeto es un camino que debemos andar juntos, un camino que ha de ensancharse no solo gracias a las aportaciones de tantas mujeres como andamos en los senderos de la investigación y la divulgación, sino también a las de ellos, si queremos conseguir el verdadero equilibrio que permitirá que lo logrado no caiga en saco roto y permanezca ya para siempre.

Dice nuestro protagonista de hoy (protagonista indirecto porque las verdaderas protagonistas son ellas, aquellas a las que rescata) que «a los que hasta ahora han venido escribiendo la historia les han faltado al respeto, han negado su existencia, han hecho un cortafuegos con la memoria de todas», pero también que en el propósito de restitución de sus méritos –cada vez más presente en muchos ámbitos de estudio y divulgación– entre las muchas personas que se están dejando la piel en ello «no hay género que mande: tanto hombres como mujeres vienen demostrando el mismo empeño, sin prejuicio de ningún tipo».

Quien nos lo cuenta no es otro que José Luis Ferris, que llega desde tierras alicantinas en una doble tarea de hablarnos por un lado de Miguel Hernández, poeta en el que es especialista, pero también de 17 mujeres que nacieron entre la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX.

Aprovechamos su triple estancia en tierras leonesas, que se inicia este jueves a las 12:00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de León con la conferencia ‘Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta’ y ese mismo día a las 20:00 horas en la Biblioteca Río Órbigo de Veguellina de Órbigo con la ponencia ‘Mujeres de palabra. Las poetas regresadas del 27’ para finalizar el viernes a las 18:30 horas en el Museo Arqueológico de Cacabelos), para hablar con él de «ellas», incluida nuestra particular Manuela López García, la berciana que también forma parte de su trabajo. Y ojalá cunda el ejemplo y... el respeto.

– De Miguel Hernández (cuya biografía revisas y aumentas ahora, a los 20 años de su publicación inicial) a Maruja Mallo (2004), Carmen Conde (2007) o Mª Teresa León (2017), mujeres de una época rica en creación femenina de las cuáles, sin embargo, seguimos sin conocer mucho. ¿Cómo es el paso de él a ellas y que connotaciones pueden tener en común todos estos proyectos?
– Tras la publicación de la biografía de Miguel Hernández en 2002, salieron a la luz muchos nombres olvidados de la cultura de su tiempo. Uno de ellos fue el de Maruja Mallo. Ángeles Martín, mi agente literaria por entonces, me comentó durante un curso de verano de El Escorial que apenas se sabía nada de ella, pese a aparecer secundariamente en otras biografías, como la de la Alberti, la de Lorca... Me interesé por ella y me puse a trabajar duro para dar a conocer a una mujer fascinante en todos los sentidos. En 2007 continué la labor con Carmen Conde, tan poco y tan mal conocida, pese a ser la primera mujer académica. No había ninguna monografía sobre su figura ni su inmensa obra literaria. Me di cuenta de que la tarea de rescate de mujeres olvidadas acababa de empezar. Años después publiqué ‘Palabras contra el olvido. Vida y obra de María Teresa León’ (1903-1988), un proyecto que consideré también necesario.

– ¿Y ahora coincidiendo con esa revisión aumentada surge un nuevo proyecto en torno a nombres femeninos ‘Mujeres del 27. Antología poética’. ¿Cómo y por qué o para qué surge esta publicación?
– Fue una sugerencia y un encargo de mis editoras de Austral, editorial en la que ya había publicado otras dos antologías de referencia, una dedicada a la poesía de Miguel Hernández y otra a la de Federico García Lorca. Conocían mi trayectoria como biógrafo de varias mujeres interesantes y pensaron en mí. Fue un reto y me puse a trabajar seria e intensamente en ello.

– Diecisiete mujeres componen este acercamiento a este importante grupo (cada vez más amplio de mujeres), de ellas, una docena diríamos que casi casi desconocidas, y entre ellas una leonesa, berciana por más señas, Manuela López García, ¿cuáles son los criterios que has utilizado para realizar una selección de este tipo?, ¿qué objetivos pretendes lograr con ello?
– El criterio que tuve que establecer para acotar fue, inicialmente, temporal. Trabajé con un listado de más de 130 autoras y la editorial me pedía que no pasara de las 15. La primera criba consistió en acotar, y fijé dos fechas: 1895-1910. Solo incluiría las nacidas entre ambos años. Después me guié por un criterio de calidad literaria.

– Imagino que no es fácil seguir el rastro a estas mujeres que durante tanto tiempo han estado de alguna manera silenciadas. ¿Cómo has llegado a ellas y a sus obras? ¿Qué es lo que más te ha costado en ese proceso de acercamiento?
– No ha sido fácil llegar a ellas ni tampoco a sus obras, en algunos casos, perdidas en el tiempo, ya que se publicaron hace casi un siglo. Ha habido que recurrir a bibliotecas, hemerotecas, compras por internet en librerías de viejo, tesis doctorales bastante recientes, artículos y recuperaciones bibliográficas también recientes por parte de algunas editoriales que han apostado por ellas.

– Deteniéndonos en Manuela López García, por su mayor proximidad a nuestro particular público lector ¿cuáles han sido los cauces para llegar a ella? ¿Por qué incluirla dentro de esta selección?
– Estaba muy metido ya en la selección de autoras para esta antología cuando un día Juan Carlos Mestre me habló de ella. No tarde nada en hacer mis propias averiguaciones y en contactar contigo (Mercedes G. Rojo), la mayor conocedora de la obra de Manolita. Facilitarme todo el material de que disponías: ediciones muy sencillas, locales pero de enorme interés y, sobre todo, el trabajo en homenaje a ella: ‘Manuela López García. Una vida, una obra’, publicado en 2021, me facilitó dicho acercamiento.

– Basándonos en dicha elección, ¿crees importante para la provincia, comarca, localidades por las qué pasó conocer más de cerca su vida y su obra, y saber que se está intentando su reconocimiento desde un ámbito nacional? Si es así, ¿en qué sentido?
– Por supuesto que es importante que, en su tierra, en su localidad, en su región y más allá se sepa quién fue Manolita y qué calibre poético tiene su obra. En la mayoría de los casos subestimamos lo propio, lo nuestro, que consideramos muy por debajo de los modelos nacionales, y la poesía de Manuela no debe pasar por ese prejuicio ni por esa mirada estrecha. Forma parte de esta antología de ámbito nacional porque su obra está a la altura del resto de poetas.

– ¿Qué aspectos podrías destacar de tu acercamiento al personaje de Manolita López García y a su obra?
– Su espíritu de lucha, su firmeza a la hora de perseguir y alcanzar sus sueños: estudiar Magisterio, ser maestra y, una vez en Madrid, tras conocer a Lorca, cultivar la poesía con todo el talento y toda la sensibilidad que poseía. Desde el punto de vista humano, su figura es más interesante aún.

– En el recorrido que vas a realizar en León en torno a la figura de estas 17 mujeres, con parada en Veguellina de Órbigo y Cacabelos, está prevista la presencia de alumnado de Secundaria y Bachillerato ¿es importante poner en contacto a este tipo de público con estas mujeres y su obra? ¿En qué sentido? ¿Se puede vivir su poesía o su obra de una forma próxima a los intereses de este tipo de población?
– Los jóvenes son magníficos receptores del mensaje de estas mujeres que tanto hicieron en su tiempo por conquistar espacios y derechos. Cuando me dirijo a ellos para hablar de ellas, trato de hacerlo desde la complicidad, derribando distancias físicas y temporales, marcando la vigencia de muchos de los mensajes que dejaron escritos. No cuesta demasiado que los estudiantes acaben identificados con esas mujeres excepcionales. Temas como el amor, la soledad, la rebeldía, la vida y la muerte siguen estando ahí. Lo universal les afecta, sobre todo cuando lo ven y lo sienten con sus propios ojos, cuando lo escuchan como si saliera del alma de ellos mismos.

– ‘Mujeres del 27’ está teniendo un importante éxito de ventas, pues en pocos meses ha alcanzado ya su 2ª edición ¿a qué crees que puede deberse dicho éxito?
– No lo sé. La editorial lanzó el libro en mayo pensando que, después del verano, con el comienzo de curso escolar y académico, se dispararían las ventas. Pero la sorpresa llegó al llegar septiembre y comprobar que la primera edición se había agotado. Creo que se debe a una necesidad muy reivindicada: la de leer y escuchar la cara B de ese disco de poetas del 27 que casi nadie conocía. Como el libro de Pepa Merlo publicado 2010, ‘Peces en la tierra’, ahora aparecía una nueva versión de esas mujeres, acaso más completa de sus obras y de sus vidas, y más cercana y accesible.

– Sin embargo, el libro, como ocurre con todas las antología, ofrece un somero acercamiento a cada una de ellas. ¿Qué podría hacerse para que dicho acercamiento no se quede en una simple anécdota?
– Continuar con el proyecto. Esto es solo un prólogo y un principio que, para tener una visión global, es más que suficiente. A partir de aquí, deben salir nuevos investigadores, nuevas voces que prolonguen la labor y que se adentren sin límite en esas vidas, que rescaten toda esa producción tan difícil de recopilar.

– ¿Por qué rescatar a todas estas mujeres del olvido al que hasta ahora han estado sometidas? ¿Qué papel juegan hombres y mujeres en este proceso de rescate?
– Lograr que regresen, que las nuevas generaciones las descubran, es más que un acto de justicia y un deber moral y literario. Los que hasta ahora han venido escribiendo la historia les han faltado al respeto, han negado su existencia, han hecho un cortafuegos con la memoria de todas. Y en ese propósito de restitución son muchos los investigadores, ensayistas e historiadores que se están dejando la piel, y en esta tarea no hay género que mande: tanto hombres como mujeres vienen demostrando el mismo empeño, sin prejuicio de ningún tipo.

– Y ya para finalizar, en muchos casos sigue habiendo muchas dificultades para el reconocimiento de estas mujeres, no sólo en el ámbito literario, también en otras facetas artísticas, como la ocupada por Maruja Mallo. ¿A qué crees que es debido? ¿Alguna estrategia a seguir para superar estos obstáculos?
–Los obstáculos siempre han estado ahí. El primero es el descrédito que se les ha atribuido por ser mujeres y, en consecuencia, por no alcanzar los niveles artísticos que se le exige a un escritor. A mujeres como Maruja Mallo, Margarita Manso, Concha Méndez… nunca se las tomó en serio. La misoginia ha llegado a nuestros días como una forma natural de despreciar cualquier audacia femenina. Lo arrastramos desde el principio de nuestra propia civilización. En cuanto a qué estrategias seguir, solo conozco la perseverancia, la insistencia en mostrar la evidencia de esos talentos que nunca dejaron de crear, de escribir, de pensar, de abrir caminos.
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