Los Martínez, la saga continúa

Isidoro y Antonio, hijos del que fuera jugador y técnico del Ademar, brillan en la cantera del conjunto leonés / "Jugar en el equipo que llevas siguiendo desde niño es un sueño"

Jesús Coca Aguilera
10/06/2018
 Actualizado a 13/09/2019
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En la brillante historia del Ademar, el nombre de Isidoro Martínez juega un papel muy importante. Jugador durante siete años, desde que llegó con 17 hasta que, justo tras el ascenso a Asobal, lo dejó para dar su primer paso hacia los banquillos. Segundo entrenador durante 11 campañas, entre ellas las más gloriosas de la historia del club al lado de Manolo Cadenas. Y también primer técnico en una, en la que el equipo leonés estuvo más cerca que nunca de colarse en la ‘Final Four’ de la Champions.

Su etapa en el Ademar es ya historia, pero la ‘saga de los Martínez’ amenaza con darle continuidad. Porque, igual que con el 10 a la espalda Isidoro cabalgaba por el extremo izquierdo del Palacio, ahora son sus hijos los que empiezan a brillar con fuerza en la cantera ademarista.

El mayor, de nombre Isidoro como su padre, tiene 17 años, es central, ha ido convocado por las categorías inferiores de la selección española y estaba destinado a hacer la pretemporada este año con la primera plantilla del Ademar, si bien el hecho de que priorice los estudios hará que el año que viene deje León y siga su carrera en Santander, donde empezará Ingeniería de Telecomunicaciones. El pequeño, Antonio, tiene 15 años, juega de extremo derecho y acaba de brillar con luz propia en el Campeonato de España cadete, donde contribuyó al bronce ademarista con 11 goles en el partido decisivo frente al FC Barcelona.

Isidoro, de 17 años, juega de central; Antonio, de 15, es extremo zurdo. «Son mucho mejores que yo a su edad» Los dos nacieron ‘mamando’ en casa el balonmano. Y como no podía ser de otra manera, ha terminado formando parte de sus vidas. Como si estuviera marcado por el destino, aunque durante muchos años el fútbol parecía batallar contra él, Isidoro y Antonio acabaron dando continuidad a la saga familiar y formándose en el patio de ese colegio San José Agustinas que tanto significó también para su padre.

«En mi casa son todos muy futboleros y yo era el único que no les decía nada, pero al final de tanto verlo se decantaron», apunta el actual seleccionador español júnior, mientras que Isidoro Jr bromea con que «es que destacaba más a balonmano» y explica que «al final en casa siempre tenías un entrenador personal que te decía detalles para mejorar y te iba inculcando este deporte desde pequeño»; añadiendo Antonio que «a mí me costó algo más decidirme, pero al final viendo lo que hay en casa qué iba a hacer…».

Aunque señalan que «en realidad en casa de balonmano hablamos poco», era imposible que este no estuviera presente. Y eso que, de lo único que se acuerdan en primera persona de la etapa de su padre es de verle en la grada cuando era primer entrenador, época que el técnico reconoce que dejó «un momento duro y doloroso, en aquel famoso partido contra el Barça que sigo pensando que se fue injusto, pero cuando se está en el deporte de élite hay que aguantar las críticas». Un encuentro caldeado y del que Isidoro Jr recuerda que «eres pequeño y no entiendes por qué está todo el mundo pitando a tu padre, te quedas con una cara… te preguntas qué habrá hecho».

Pero, ¿son mejores de lo que era su padre a su edad? «Totalmente, mucho», apunta rápidamente Isidoro, aunque a la hora de hablar de si pueden llegar a la élite es cauto y señala que «podrían, pero tienen que tener claro que lo importante es lo académico y lo personal, el deporte es un complemento a la formación integral de la persona».

Isidoro: «Ser quien son les puede perjudicar, deberán ser ejemplares en disciplina y seriedad y demostrar más» Por eso, siguiendo esa filosofía a estas alturas ninguno de los dos quiere pensar mucho en a dónde pueden llegar, aunque por supuesto llegar a jugar un día en ese Ademar que han seguido en las gradas desde pequeños es para los dos «un sueño».

«Llevo desde los tres años viéndolo, así que jugar un día ahí en el Palacio con toda esa gente sería increíble... pero de momento lo veo muy lejos y muy difícil, porque hay mucho nivel y además para un primera línea siempre es más difícil llegar», reconoce Isidoro Jr, incidiendo por su parte Antonio en que «desde pequeño iba y me encantaba verles, así que será algo que esté ahí siempre, pero sabiendo que debo ir poco a poco quemando etapas y en el futuro ya se verá qué sucede».

Esos pasos los van dando, siempre con el condicionante que para bien o para mal supone el ser hijos de Isidoro. «Cuando vas con el equipo a jugar a otros lados hay veces que escuchasa entrenadores que les dicen a sus jugadores, ése es el hijo de Isidoro...», reconoce Antonio sobre una situación que su padre considera que «sobre todo en el caso de Isidoro le puede perjudicar, porque da igual lo que haga que va a tener que demostrar que es mejor de lo que realmente es, ya que tiene un nombre y un apellido y sin querer se le va a identificar. No obstante, también les puede ayudar a mejorar porque saben que deben ser ejemplares en la disciplina y la seriedad. De momento todos alaban su actitud, no ponen ni una mala cara y eso me hace sentirme más orgulloso que la calidad».

Antonio: «Siempre tendré el objetivo de llegar al primer equipo, pero debo ir poco a poco quemando etapas» En cualquier caso, Isidoro tiene claro que cuando les ve debe tener clara la separación de sus facetas, puesto que «los padres tienen que dejar a los hijos que jueguen y no ejercer de entrenadores, por eso cuando voy si me siento con ellos animo y aplaudo, nunca critico ni insulto al árbitro, porque creo que hay que ser ejemplar y más en la posición mía, que soy educador y entrenador».

Una mentalidad positiva para ellos, que como no podía ser de otra forma entre dos hermanos, sí que tienen «bastantes piques» entre ellos. «Nos vacilamos con el típico vaya fallo que tuviste, vaya cagada que hiciste ahí... pero debo reconocer que a mí me gusta verle jugar, es muy bueno», reconoce Isidoro, que bromea a la hora de analizar quién es mejor con que «desde luego por medallas me arrasa...».

Stranovsky y Abalo son los espejos en que se mira Antonio; Karabatic, Cindric o Sarmiento, los de Isidoro ¿Sus referencias? En el caso de Antonio, al que precisamente entrena un extremo como él, un Juanín García del que cree que «para enseñar la técnica individual no hay nadie mejor», reconoce que «siempre me encantó Stranovsky, me fijaba mucho en él, y luego de extremo zurdo como yo Luc Abalo»; mientras que Isidoro Jr reconoce que «de los que pasaron por el Ademar Sarmiento y Raúl Entrerríos, y en general siempre me gustó Karabatic por ser muy completo, aunque me fijo en centrales que sean como yo de físico y por eso me encanta Luka Cindric».

Ídolos como los de cualquier deportista. Infinidad de sueños y deseos por cumplir. Un futuro lleno de posibilidades. Una opción de que muchos años después un Martínez vuelva a marcar diferencias en el Abanca Ademar.

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