Los Kasparov

A menudo se presenta la estrategia política como un tablero de ajedrez. De tomarlo por cierto, no cabe duda de que la caspa y los Kasparov se mueven a su antojo por las 64 casillas de la provincia leonesa. El ahogado y el mate pastor bien podrían ser los títulos de las dos primeras entregas (las baratas) de este cursillo ajedrecista por fascículos en el que se ha convertido el bochornoso otoño electoral.

El ahogado en ajedrez se da cuando uno de los contrincantes busca el empate por miedo a perder. En él, el rey no se encuentra en posición de jaque pero cualquier movimiento dará fin a su partida. Por ello, combinando dosis de mediocridad y conformismo, opta por la quietud y lograr unas cómodas tablas que son el mal menor. A pesar de la inacción, los socialistas Javier Alfonso Cendón y Andrea Fernández repetirán en el tablero del 10-N. Ambos han sido parte de esos 88 diputados de 350 que han tenido una nula actividad parlamentaria en el gatillazo de legislatura.

Las piezas de porcelana del lado opuesto parece que prefieren buscar una victoria rápida con el mate pastor. Tan solo unos movimientos, por el interior del tablero, y se llevan la partida de su particular ‘terreno amigo’. Jugadas como la de Juan Martínez Majo quien, pese a perder Diputación y Coyanza, no ha tenido reparos en disfrazarse de alfil y moverse en diagonal hasta la Junta. Más de lo mismo con Antonio Silván, ‘Rey Sol’ del tablero popular por derecho divino (desde luego que no por el derecho que dan las urnas), que será senador si esta vez los leoneses sí le respaldan. Un mate pastor de manual para seguir viviendo, como desde hace décadas, de la política y del contribuyente.

Las estrategias de ajedrez no dejarán de sorprendernos hasta el 10 de noviembre. Justo un mes para esa gran partida en la que la primera norma es que se tienen que mover los peones aunque lo vean todo en blanco y negro. Las figuras poderosas esperarán en segunda línea, protegidas por el reglamento, a que esa clase humilde opine y mueva ficha para luego ir utilizándola en función de sus intereses. Vamos, lo de siempre: jaque mate.