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Los hipócritas de Frankfurt

13/12/2022
 Actualizado a 13/12/2022
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Supongo que hablar de Frankfurt a muchos les ayude a evocar las famosas salchichas. A mí personalmente me trae a la memoria una noche durmiendo en el suelo en el aeropuerto de esta ciudad alemana. Pero ninguno de estos motivos justifica el contenido de este artículo. Aunque a muchos le suene a chino, hoy quisiera hacer memoria de la llamada ‘Escuela de Frankfurt’. Y todo porque en el momento actual, además de las consecuencias del Covid, estamos sufriendo las consecuencias de otra peste no menos dañina como ha sido la enseñanza de los miembros de dicha escuela.

Hubo un tiempo en que se puso de moda ser marxista por eso de que había que liberar a los obreros oprimidos por un capitalismo salvaje a raíz de la Revolución Industrial. Se creía que el comunismo iba a solucionar sus problemas, pero pronto se demostró que sus principales frutos fueron la miseria y la falta de libertad, mientras que poco a poco en los países capitalistas (Francia, Alemania, Inglaterra, Europa en general… ) se vivía mucho mejor. Fue por esta razón por la que muchos marxistas y comunistas dejaron de tener como modelo a la Unión Soviética y ya no les importaba para nada el mundo obrero. Entonces decidieron enfocar la revolución y la lucha de clases por otros derroteros: el feminismo radical, la ideología de género, el libertinaje sexual, la destrucción de la familia, el ecologismo y medioambientalismo, la erradicación de la autoridad, la lucha contra el pensamiento cristiano… En definitiva, la destrucción de las grandes conquistas de la sociedad occidental. Todo lo que ahora está aflorando defendido por los herederos de la llamada nueva izquierda.

Entre los muchos nombres de los padres de esta revolución podemos citar alguno: Marcuse, Erich Fromm, Benjamin, Luckcas, Adorno, Horkheimer… Quizá estos nombres no digan nada, pero tuvieron un gran impacto entre la incauta juventud universitaria, siendo un hito decisivo el llamado mayo francés de 1968. Entre tanto muchos de estos marxistas de salón, que tanto daño han hecho a la juventud, vivían espléndidamente en mansiones de lujo en Estados Unidos, idolatrados en las universidades, totalmente al margen de la problemática de los obreros. Todo un ejemplo de hipocresía.

Sin duda el tema merecería mucho más espacio que una sencilla columna. Simplemente pretendemos señalar que aunque los miembros de la Escuela de Frankfurt han muerto sus frutos devastadores permanecen muy vivos. Y lo mismo la hipocresía de los vividores y nuevos revolucionarios.
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