Los goles de los vecinos

27/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Ya lo dijo el ex Don Mariano que «es el vecino el que vota al alcalde» y lo que quedó en chascarrillo era ayer realidad incuestionable.

Porque ésa era la magia de ayer, el vecino, el alcalde, el alcaldable y los miembros de la candidatura. Ya sé, también se elige para Europa pero eso queda tan lejos y, además, siempre te acaban preguntando lo mismo que al director, «¿y quién se presenta?».

Y qué se yo, desde luego el de la tienda, no. El vecino, no.

La gracia de ayer estaba en que el motivo para acercarse al pabellón del pueblo a meter el gol de la participación está en que es el vecino el que quiere ser alcalde, incluso el pedáneo. Y el candidato también es vecino y muchas veces pariente, incluso hijo, a veces padre, hija y madre... ¿Y cómo no vas a ir? ¿Que hay qué meter sobre para Europa? pues se mete, que de allí dicen que vienen las perras.

Pero también el candidato puede ser el cabrón que te quita el agua del riego del huerto por la noche o el que fue novio de la rapaza y lo dejaron de mala manera o el que puso las farolas nuevas de tal manera que para la tu calleja no alumbra, otra vez. A oscuras. Y entonces también van, pero al revés.

Y llegaron allí, donde juega el nieto al fútbol o donde está el teleclub de las juergas por las noches o... y hay un estaribel de urnas y papeles.

Y es el vecino. Ahí está la gracia, que Europa está más allá de Oviedo.
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