Secundino Llorente

Los enigmas de Lancia

14/10/2021
 Actualizado a 14/10/2021
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Lancia fue la antigua ciudad astur-romana, la capital de los astures. Está ubicada en Villasabariego, mi pueblo. De muy pequeño, recuerdo mis piruetas infantiles por aquella zona de El Castro, Valdealbura o El Talancón. Ahora casi me asusto de los pinitos que hacíamos desde muy niños por aquellas cuevas, por una grande que llamábamos la Cuevona, ahora inaccesible, y también por otras más pequeñas a las que ya conocíamos como ‘cuevas menudas’, a las que el año pasado hemos puesto muy elegantes, casi de exposición. Debíamos ser buenos trepadores o el ángel de la guarda hacía horas extraordinarias porque no recuerdo ningún accidente, con los peligros que corríamos. Mi padre cultivaba tierras por aquella zona y siempre El Castro iba unido a los garbanzos. Se convertía casi en el único cultivo de la zona porque eran muy tiernos, tenían un sabor especial y cocían en poco tiempo.Esto era muy importante porque no existía la Thermomix, ni siquiera la olla exprés. Al arar aquellas tierras siempre salían restos de utensilios u objetos muy antiguos y rotos como ánforas, cántaros, vasijas o jarras, a los que no dábamos importancia. Realmente en los años cincuenta y sesenta no éramos conscientes de estar pisando sobre tanta historia.Ahora todo ha cambiado y Lancia ha pasado a ser un vivero de noticias y de ‘enigmas’. Precisamente son estas incógnitas las que intentaré resaltar en este artículo.Parece que Antonio Gaudí, el arquitecto de Reus y máximo representante del modernismo catalán, visitó León a finales del siglo XIX. El obispo de Astorga, Joan Baptista Grau, de Reus como el artista, le encarga el nuevo palacio episcopal de Astorga. Dice Xavier Güel que este encuentro con su amigo Grau marca un antes y un después en su vida: «se acerca a la religión católica y se dedica a pensar en soledad». Gaudí pasó mucho tiempo en León y nos dejó el regalo de la Casa Botines. También parece ser que por entonces se enamoró de las solitarias laderas de Villasabariego y de sus ‘cuevas menudas’ que utilizaban los monjes para sus retiros espirituales. Estas cuevas le van a animar a cambiar su diseño de la Casa Milá y van a ser el modelo para la fachada de La Pedrera. La verdad es que mirando detenidamente las dos fotos (Pedrera y Cuevas Menudas) no es necesaria mucha imaginación para encontrar algunas semejanzas. Sería curioso que una de las fotos más famosas en el mundo tuviera su origen en las cuevas de Lancia. Ahí queda el enigma.

A partir de los noventa se intensificaron los estudios y las excavaciones, se detuvo la construcción de la autovía hasta obligarla a volar sobre las ruinas y lo último es un proyecto bautizado por sus autores como ‘Piedra y tierra’ y que tiene como principal característica el modo en el que plantea una integración y casi una mimetización con el paisaje. Se intenta volver a los arbustos, frutales y cultivos que tenía Lancia en la época que estuvo habitada por los astures y romanos y se pretende que en la gran vía que une el Yacimiento y Cuevas menudas vuelva a brotar le vegetación de antaño. Vamos a ver el resultado de este proyecto.A ver en qué se convierte aquella tierra de garbanzos de mi niñez. Sea como sea, lo que está claro es que estamos viviendo el renacimiento de la antigua ciudad astur-romana de Lancia.

En mi destino estaba muy claro que no podía despegarme de Lancia y la mayor parte de mi vida profesional se la dediqué a un instituto con este nombre. El IES Lancia estaba situado a las afueras de la ciudad, en el camino que lleva a La Candamia, pero ahora está amenazado de ser rodeado de grandes centros comerciales. Hoy quiero destacar de este centro algo que no es normal encontrar en colegios o institutos: sus jardines de entrada. Realmente llama la atención. Es una zona de terreno, frente a la fachada del instituto, de más de mil metros cuadrados, rodeada por un seto bien cortado y cuidado, con un tupido césped y donde se cultiva un gran número de especies vegetales, desde cactus a frutales en flor, pasando por sauces, mimosas, acebos o acacias. Todo ello produce una sensación de belleza y paz al entrar al instituto. Pues precisamente allí, a ambos lados de la entrada, destacan dos grupos escultóricos que para mí también son un enigma: ¿Por qué están allí? ¿Quién hizo estas estatuas? y ¿Qué significan? Hemos podido saber que en los años ochenta el Ministerio de Educación dedicaba un porcentaje de la construcción de un instituto a obras artísticas y en este caso fueron estos grupos escultóricos. El autor fue Pedro Santamarta Cuenca, de Santas Martas, que tiene muchos medallones y esculturas repartidas por la ciudad de León, como la famosa rana de la Calle Roa de la Vega. Estas esculturas del jardín del IES Lancia son de cemento blanco, muy resistente a la erosión. Pedro murió hace once años y nos hemos quedado sin su versión de lo que él pretendía con estos grupos escultóricos. Según un familiar muy cercano del artista, él quería hacer una alegoría de la educación. Su idea era que en el saber está la libertad. Los tamaños crecientes de las figuras representan la evolución del alumnado. Una compañera del centro me comentaba: «Las figuras son como gusanos (zoomorfas) en su parte baja y después vuelven las cabezas hacia la fachada del instituto y toman figura humana». El saber y la educación siempre transforman para mejorar.Acaso sea así, pero para mí esta es otra incógnita sin despejar de Lancia.

Mi único propósito en este artículo es abrir la curiosidad del lector para que, cuando pueda, visite estos dos grupos- Lancia: Cuevas menudas en Villasabariego y los grupos escultóricos en el jardín del IES Lancia. Me encantaría conocer cómo cada uno de ustedes resuelve estos enigmas.
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