Los encargados de la contención del virus

Los médicos de Primaria controlan por teléfono a los contagiados confirmados o posibles no hospitalizados, llegando en León a tener "50 o 60 pacientes a los que llamar cada uno"

Jesús Coca Aguilera
05/05/2020
 Actualizado a 05/05/2020
Las encargadas del 900, que se encargan de recibir las llamadas durante las 24 horas al día. | MAURICIO PEÑA
Las encargadas del 900, que se encargan de recibir las llamadas durante las 24 horas al día. | MAURICIO PEÑA
Los pacientes más graves acaban en el Hospital. Sin embargo, durante esta epidemia del coronavirus, la gran mayoría de leoneses que ha contraído la enfermedad la ha pasado en casa, desde donde tenían contacto diario con un doctor al que contaban cuál era su situación y que les trasladaba los siguientes pasos a seguir.

Una forma de no saturar aún más los centros hospitalarios pero una carga tremenda de trabajo y responsabilidad para los responsables de realizar esa tarea. Porque fuera del foco que estaba centrado principalmente en las Urgencias y UCIs de los hospitales, los encargados de contener el virus para que no se desbordará en mayor cantidad han sido los médicos de Atención Primaria, que en los momentos más críticos de la enfermedad llegaron a tener en León hasta «50 o 60 pacientes a los que llamar al día por síntomas relacionados con el coronavirus o posibles contagios»

Así lo señala uno de esos protagonistas, la doctora Sofía Reguero, que es a su vez coordinadora del Centro de Salud de San Andrés, y que cuenta cómo el funcionamiento implica «normalmente una llamada al día, aunque dependiendo de lo que te conteste en ella si surgen signos de alarma evidentemente te trasladas al domicilio a verlo», algo que «nosotros centralizamos, hemos hecho una consulta especifica para eso, en la que cada día un profesional se ocupa de esos domicilios, le llamamos equipo Covid».

Reguero, doctora: «La gente está muy preocupada, pero es muy agradecida. Alguno aprovecha y se desahoga» ¿Una vez allí? «En función de su auscultación, su saturación y si tiene fiebre uotros síntomas de alarma, o bien lo derivas al hospital o lo mantienes en su casa con un tratamiento adecuado y continuas viendo cómo evoluciona»

Eso sí, no sólo controlan a los pacientes con síntomas relacionados con el coronavirus o ya con la enfermedad corroborada por un test, sino también a las personas que han tenido contacto directo con una persona que ha dado positivo. De hecho, según cuenta el gerente de Atención Primaria José Pedro Fernández Vázquez, «en la primera fase en la que era tan contaminante y no teníamos test ni nada, se dio por sentado y síntomas compatibles con la enfermedad se consideraban coronavirus, no se cuestionó, quedaban confinados en casa, llamada de teléfono y contacto con médico de cabecera», considerando como tales «dos altamente específicos y que estaban en casi todos, que eran la fiebre y la mialgia» y luego otros ocasionales como «la tos o la pérdida de olfato y gusto que ya lo dejaban claro».

Así, Sofía señala cómo en cada uno de esos casos tocaba también «averiguar con quién tuvo contacto, que se le pregunta y esos suelen llamar al 900 que se ha puesto, que son los que luego le derivan a su médico». De hecho, la labor de los encargados de atender ese número es también alabada por el gerente de Atención Primaria, que dice cómo «han hecho también un trabajo fantástico, en la primera fase todas esas llamadas van a ellos, que han estado 24 horas al día en las que las recibían, lo apuntaban en la agenda y ya tomaba las riendas luego el médico de cabecera».

«Las llamadas son diarias hasta el noveno día, que se espacian. Si surgen signos de alarma vas al domicilio» Ahí empieza ya ese contacto continuo con unas llamadas que Sofía explica son «diarias hasta el noveno día, que en función de la evolución vas espaciándolas hasta que sea posible darles un alta que a veces confirmas mediante test y otras no. En el caso de fuerzas especiales y profesionales sanitarios y sociosanitarios siempre el alta es con su PCR».

Las llamadas se hacen por la mañana, si bien «si en el transcurso desde las 3, o más bien las 4 que es cuando estamos acabando, hasta el día siguiente, surge algún síntoma de alarma, llama al PAC, al servicio de urgencias, que es quien se ocupa en esas horas para ver si realmente hay que trasladarlo al hospital». Aunque de hecho, en muchas ocasiones, «personalmente, aunque seguro que le ha pasado a muchos compañeros también, al llegar a mi domicilio le he dado vueltas a que este hombre me dijo algo concreto, cómo seguirá... y he llamado desde casa a algunos pacientes en casos puntuales para ver cómo están. Si ya de normal te llevas preocupaciones, con esto imagínate...».

«A veces acabas con un dolor de cabeza espantoso y sin saber si lo hiciste bien. No es lo mismo no ver al paciente» De hecho, los mayores quebraderos de cabeza, los que llevan a reconocer a José Pedro que es un tipo de medicina «algo frustrante», vienen al acabar la jornada, según cuenta la doctora Reguero por «pensar si me habré olvidado algo. A veces acabas con un dolor de cabeza espantoso, con la sensación de no saber si lo has hecho bien o no porque no es lo mismo ver al paciente, con sus gestos y su lenguaje no verbal, que hablar por teléfono, aunque el tono de voz y los conocimientos que tienes de él te van dando un poco idea de cuál es su situación, ya que en Primaria tenemos la situación privilegiada de que en muchas ocasiones le conoces y eso ha sido muy importante, pues te da una idea más certera de la situación real».

«Sus principales dudas son si pueden contaminar a su familia, cuánto durará y, al mejorar, si pueden salir ya» Eso sí, pese a los nervios, si algo agradecen los doctores es la respuesta de los pacientes ante esta situación: «La gente es muy agradecida, mucho, pero está muy preocupada, por su situación y por la de su familia, hay algunas que lo tienen más fácil y otras más complicado. No es lo mismo estar aislado en un piso, que si te dicen que sólo hay un baño y están cinco en casa a veces es complicado dar consejos, pero claro les dices que intenten hacer una limpieza adecuada tras usarlo para minimizar los riesgos».

¿Sus principales dudas? Pues lo que más les preocupa es, sin duda, si pueden contaminar a la familia. Luego cuánto va a durar esto, que claro les dices que no lo sabes... Y ya por último, cuando empiezan a encontrarse bien, el si pueden salir, que claro les cuentas que no, que no hay suficientes estudios para poder garantizar todavía que hagas una actividad normal sin riesgo de contagio».

«Si la Atención Primaria no funciona la hospitalaria se colapsa. Se complementan y deben estar coordinadas» «Algunos aprovechan para desahogarse y contarte otras historias que no vienen al caso», reconoce entre risas Sofía sobre las anécdotas de un trabajo que ha obligado «a hacer una labor muy grande y un gran esfuerzo por parte de todos los profesionales», queriendo destacar «tanto a los residentes, que han tenido toda la disponibilidad del mundo y han hecho un gran trabajo», como la colaboración de los Ayuntamientos, «que ha sido total, preocupándose por nosotros, entendiendo los cambios que se hacían en las consultas por la situación, facilitándonos medios como trajes de protección o vehículos...».

«La Atención Primaria ha actuado de contención fundamentalmente, tiene unas funciones y la hospitalaria otras. Ambas tienen que estar coordinadas y se complementan, si la primaria no funciona el hospital se colapsa, eso está claro y es su función que no suceda», sentencia Sofía.

Un trabajo más oscuro y en la sombra pero igual de vital ante esta crisis.
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