Los disparos en el tiroteo de Villaobispo se efectuaron en una única dirección, según los peritos

La escopeta que se creía que podría haber utilizado primero la víctima estaba cargada y "no se disparó", pese a que en sus manos hallaron residuos de pólvora

R. Á.
01/12/2021
 Actualizado a 01/12/2021
| SAÚL ARÉN
| SAÚL ARÉN
Los disparos efectuados en el tiroteo de 2008 en Villaobispo de las Regueras –en el que un hombre de 31 años murió por un impacto de bala que entró por su costado izquierdo y le perforó el corazón– se dirigieron todos en una única dirección, hacia el lugar en el que se encontraba la víctima. Así lo indicaron este miércoles los testigos peritos llamados a declarar en la tercera jornada del juicio por el crimen, en la que también se escuchó a los forenses, a especialistas del departamento de balística y trazas instrumentales y a técnicos del departamento de Biología del servicio de Criminalística de la Guardia Civil.

Los primeros en intervenir fueron dos guardias civiles que elaboraron los informes de la inspección ocular de la zona en la que se produjeron los hechos, que examinaron uno de los vehículos y que pudieron determinar las posiciones de las personas que dispararon por la situación de los proyectiles y las vainas hallados en la escena. Según indicaron, la víctima se encontraba tendida en la acera, a la altura del número 7 de la calle Menéndez Pelayo, y todos los disparos que se efectuaron procedían del lado contrario, «muy dirigidos» hacia el lugar en el que estaba el cadáver. Según las pruebas, «descartamos cualquier tipo de impacto desde la acera de los números impares –donde estaba la víctima– a los pares –desde la que se disparó–», concluyeron.

Una pistola y un revólver

Según explicó el perito, en el tiroteo se emplearon al menos dos armas, una pistola y un revólver que «atendiendo a los casquillos y los impactos», a su situación, se deduce que se empuñaron desde la acera contraria a la víctima. «Todo se circunscribe a una pequeña zona», aseguraron, considerando que fue «algo inmediato», «un ataque sorpresivo».

La pistola y el revólver no pudieron ser encontrados, pero en el lugar del crimen sí que se halló una escopeta «sin alteraciones y municionada» que «no se llegó a disparar». Un arma con la que se entendía –según se recoge en las conclusiones provisionales del fiscal– que la víctima podría haber disparado en primer lugar y que uno los testigos que declararon este martes vio en las manos del hermano del fallecido. Esta escopeta, que habían tirado debajo de un coche, «no es de caza», explicó el perito, y estaba cargada con seis cartuchos del calibre 12, «cinco en el depósito y uno en la recámara», con postas, aunque aseguró que puede usarse también con balas, siempre del calibre 12.

¿Transferencia o disparo?

Pese a que la escopeta no se disparó, el técnico señaló que el resultado del examen de residuos de pólvora practicado a la víctima dio positivo. Se trata «de pruebas muy sensibles –dijo– en las que se pueden registrar transferencias». En todo caso, señaló que no le correspondía a él interpretar si estas eran por transferencia o disparo y, pese a que los proyectiles y las vainas halladas pertenecen a dos armas –la pistola y el revólver– apuntó que «no se puede descartar» que pudiera utilizar otra.

Uno de los proyectiles encontrados, según explicó otro de los peritos, «ha perdido la camisa que lo recubre» por lo que si bien las evidencias reflejan el uso de dos armas, no se puede rechazar que se empleara una tercera.

ADN de dos hermanos en pelucas

Se cree que el fallecido, junto a dos de sus hermanos, pudieron llegar a Villaobispo en dos vehículos, un Seat León que estaba aparcado en el lugar del tiroteo y que recibió impactos de bala (debajo de él fue donde se encontró la escopeta) y un Peugeot 406 en el que se considera que pudo huir uno de ellos y que localizaron aparcado en la calle Churruca con cinco impactos de bala en el lateral y una mancha de sangre en el asiento trasero izquierdo. En él hallaron la documentación de la víctima, teléfonos, planos, anotaciones y bolsas de viaje en las que había «elementos de caracterización, como pelucas».

Todos estos efectos se mandaron a analizar para determinar las personas que «podrían ir dentro del vehículo» y en ellos se halló el ADN de dos de los hermanos. En concreto el del hermano que se quedó junto al cadáver –que estuvo en prisión provisional por los hechos y que falleció en 2013– se detectó en una peluca y una braga para el cuello y el del otro hermano –que en la sesión del juicio de este martes declaró que estaba en Moraleja (Cáceres) cuando sucedieron los hechos– apareció en otra de las pelucas.

Impacto "mortal de necesidad"


Durante la tercera jornada del juicio declararon también los médicos forenses que examinaron el cadáver de la víctima. Presentaba, según confirmaron, «una herida por arma de fuego en el costado izquierdo sin orificio de salida» que fue «mortal de necesidad», «fulminante».

El disparo, según sus conclusiones, se hizo «a larga distancia», atendiendo al ‘anillo detonador’ de la herida. Descartaron así que fuera «a quemarropa», aunque aseguraron no poder detallar si fue «a un metro o a diez». Sí que explicaron que dado el lugar en el que se halló el proyectil dentro del cuerpo –que los peritos dijeron después que procedía de la pistola–, en el momento del impacto su brazo derecho estaba «ligeramente separado» del cuerpo, sin poder concretar su posición exacta. «Un tiroteo es como una coreografía en la que es complicado establecer ángulos y distancias sin realizar un estudio intenso del lugar y aún así no siempre se puede determinar», subrayaron.

Este jueves, conclusiones e informes

La jornada del juicio de este miércoles concluyó con la reproducción en la sala de diferentes conversaciones telefónicas grabadas días después de los hechos. Estaba previsto también que las partes expusieran sus conclusiones definitivas e informes, pero el magistrado acordó aplazarlas a este jueves en una sesión –que está previsto que empiece a las 9:30 horas– en la que también se podrá escuchar la última palabra de los acusados.

Ya de cara al viernes se prevé la entrega a los miembros del jurado popular del objeto del veredicto para que puedan retirarse a deliberar y decidir, según lo expuesto durante estos días, si consideran que los acusados son culpables o no culpables.
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