Los conejos de Borrenes

Si miras el periódico verás más de cien titulares. Y otros cienayer y multiplica por más de cien años con la historia y después me dices cómo hago para que me hagas caso, para que te llame la atención, para que no le digas al camarero aquello que «qué coños querrá decir este tonto con este titular».Y como estaba al lado pues al camarero no se le ocurrió nada mejor, «pregúntaselo, que ahí lo tienes».

Y lo preguntó. Menos mal que como era un intelectual lo entendió y la cosa no fue a mayores, en ningún momento pareció preciso viajar al maletero para solucionar el asunto por la vía que parecía más eficaz, el mango del azadón: «En realidad es una concatenación de conceptos que se aleja de la visión freudiana para aseverar, como hacía Kierkegard, que la paradoja de los disimiles provoca una atención que va más allá de lo superfluo para tocar las fibras del cerebelo más vinculadas a la condición intelectual del ser humano».

Aceptó la explicación, pagó el café, suyo, y se fue. El camarero preguntó qué le había dicho y le fui muy sincero: «Digo yo que algo habría que poner».

Aunque la verdad es que no siempre. Nunca olvidaré al irrepetible Carnevali, que estaba de prácticas el día que estalló la Guerra del Golfo y se plantó en la reunión de primera y dijo: «Tengo una idea. Hay que salir con la primera página en blanco». No cuajó.

Yosu de Amilivia (ahora) se complicaba menos la vida. Tituló ‘Un camión atropella a una mujer en San Mamés’ y el maquetista le dijo, «te falta una línea». No problem: ‘Un camión Barreiros atropella a una mujer...».

Másvaliente fue el que llamábamos El tigre de Castrocalbón, se anunciaban conciertos para dar vida al centro de La Bañeza y cómo una calle llevaba ese nombre tituló: «Revive Franco». Y efectivo un recordado redactor jefe, que nos llegó algo perjudicado a las diez de la noche (en 1994 o así) y cómo tenía una página para escribir anunció: «La Vasco prepara un gran congreso de seguridad minera para 2020». La crisis le estropeó la gran noticia.

Por ello no hay como recurrir a los clásicos, el gran Pérez Álvarez, que para un reportaje sobre una mujer de Fabero tuvo muy claro el titular: «Más lista que los conejos de Borrenes».