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Los callos, Ayuso y el centro de la Tierra

28/01/2023
 Actualizado a 28/01/2023
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Yo apenas sé lo que voy a hacer la próxima semana, pero el otro día abrí una lata de callos que caducaba el dieciocho de noviembre de 2025. No sé si me explico. Me refiero, entre otras cosas, a que los callos tienen más claro su futuro que yo. Por lo menos hasta noviembre de 2025. Lo que hubiera podido ocurrir a partir de entonces es un misterio. Tal vez los callos se conviertan en antimateria, pero hasta esa fecha habrían tenido la inmutabilidad de un mineral. Por esto creo que los callos no tienen un sentido de trascendencia de la vida, pero sí de inmanencia. Su función es perdurar. Pero he tenido que venir yo, con mis prisas por comer y mi abrelatas, a fastidiarlo todo.

Así que pensaba en los callos y en el paso del tiempo y en el sentido de la vida, cuando vi que nombraban alumna ilustre de la Universidad Complutense a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en concreto de la Facultad de Ciencias de la Información, que fue la suya y también la mía. Y a la vez, oh, dioses, se ha sabido que el núcleo de la Tierra ha ralentizado su movimiento de rotación. No sé si lo de Ayuso tiene algo que ver con lo del núcleo, sólo digo que la coincidencia parece sospechosa. Pero supongo que tendré que asumir que no hay pruebas científicas sobre esta correlación.

Parece que el nombramiento de Ayuso se hizo hace dos años, aunque lo haya recogido ahora. Lo decidió la comisión de dirección de ‘Alumni’ de la universidad, formada por el rector, tres vicerrectores, cuatro decanos y un representante del consejo social. No sé qué argumentos expusieron, pero se ve que los recortes que el gobierno de Ayuso ha hecho a la propia universidad Complutense, y ya no digamos a la educación y sanidad públicas en general, no han valido como contraargumentos.

Es además la primera vez, lo recordaba José Carrillo, rector honorario de la Complutense, que ese nombramiento se hace a un político en activo. Al menos por un principio de prudencia, el rectorado debería haber hecho lo contrario que hice yo con los callos. Esto es, esperar a la fecha de vencimiento y, después, ver si se pueden tragar.
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