Los "cabobercianos" viajan desde el Museo de la Memoria Minera a Madrid

La muestra que se abre en el Museo de la Antropología se nutre con numerosos fondos de la exposición de Fundación Cultura Minera que cuenta con una sala específica sobre la inmigración y el carbón

Mar Iglesias
16/09/2022
 Actualizado a 16/09/2022
Recuperación de la Mina de Oro, que recupera la memoria minera en Torre del Bierzo. | F.C.M.
Recuperación de la Mina de Oro, que recupera la memoria minera en Torre del Bierzo. | F.C.M.
El abrazo que el Museo que la Fundación Cultura Minera abrió en las oficinas de la firma Viloria en Torre del Bierzo ha dado a los caboverdianos que trabajaron en el tajo, se traslada ahora al Museo de Antropología de Madrid. Parte de los fondos de memoria con los que cuenta el centro berciano forman parte de la muestra ‘Kabu Verdi, hora di bai’ que le da forma al fenómeno migratorio de esos "cabobercianos", gentilicio con el que se han adaptado a la zona desde los años 70, cuando comenzaron a contribuir a arrancar el oro negro de las entrañas de los pozos en la comarca berciana y lacianiega.

Un capítulo que el Museo Minero de Torre destaca en una de sus salas, que dedica en exclusiva a ese colectivo, al que concedió el galardón 'Memoria Minera'. Por su implicación en la vida laboral, pero también social y cultural y por ser un ejemplo de integración plena es por lo que, en 2021, la Fundación quiso aplaudir a un colectivo que no es extranjero dentro de la mina y tras más de cuarenta años compartiendo espacio con él, ahora tampoco lo es fuera de ella. El primer asentamiento para los caboverdianos fue Torre del Bierzo y hoy, esta comunidad mantiene una colaboración directa con la Fundación Cultura Minera por mediación de la Asociación cultural Amílcar Cabral con el compromiso de visita y adhesión del Consulado y el Ministerio de Cultura de Cabo Verde.

Pese a que el carbón berciano ya no deja el poso de vida subterráneo que movía en esos años, los cabobercianos se han quedado a compartir con el Bierzo su vida y la recuerdan, también, en las paredes de este museo en el que cuentan con una orla específica. José Pedro Dos Santos, Eliseo Honorato Moreira, Antonio de Padua, Domingo Borges... son parte de los 28 nombres que se encuentran en ella y que dejan claro el agradecimiento minero a un trabajo conjunto en el que al carbón no le importaba el color de las manos que lo sacaba y tampoco al que estaba detrás del martillo picador.

El Museo de la Memoria Minera de Torre del Bierzo tiene ese fin de recordar, agradecer y preservar con el que nació, de la mano de la Fundación Cultura Minera, una asociación sin ánimo de lucro presidida por el empresario y promotor de las actividades, Manuel Lamelas Viloria. A ese recuerdo se sumaron empresas, ayuntamientos y sobre todo, el guiño social de los que fueron y heredaron la mina.  

Torre del Bierzo es la sede de un Museo con varias patas. La recopilación de imágenes, que se siguen digitalizando para preservarlas del paso del tiempo y de las que ya se superan los 10.000 fondos, se une a la maquinaria expuesta y a la sabrosa documentación que permite trazar el recuerdo de una época. El museo cuenta con planta baja y tres más, todas ellas destinadas al recuerdo y se abre con las antiguas cocheras y un patio en el que se puede ver un graffiti que emula la jaula del ascensor de bajada al pozo de la explotación Malabá. 

En la primera planta comienza la vida del carbón, como inicio de todo. Una muestra de fósiles hace referencia a ello y a los primeros yacimientos encontrados. Aparecen los primeros sistemas de iluminación para luchar contra la oscuridad de la mina o la herramienta específica que taladraba la roca.  También en este rincón, aparece una sección especial dedicada a la Brigada de Salvamento Minero Bierzo Alto remarcando las características que la diferencian del resto de Brigadas de otros países. 

La segunda planta es la que recoge la parte social y ese recuerdo a la comunidad inmigrante. La Sala de los Trabajadores, da cuenta de su importancia con fotografías de grupos mineros y la proyección de las biografías. 

Completan el museo secciones específicas como la dedicada a la mujer en la mina o al transporte o a la grabación de una película en la Mina de Oro, ahora recuperada. La cuenca minera en el cine fue un hito que tomó forma en  ‘La Guerra de Dios’. Y fue ahí donde se vio esa explotación que ahora es una parte fundamental de la mina, esa que huele a trabajo duro, con la bajada al pozo recuperada y la nave de trabajo, en el que se ve una colección de los vehículos que se utilizaban en la mina. Allí se guarda con mimo uno de los primeros camiones que trasladó carbón y un autocar, además de maquinaria específica minera y documentos. Todo un compendio para recordar y sentir la mina y para hacer que el pasado y el presente se encuentren en el lema "antes pan, ahora historia".
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